Al finalizar cada año, muchos enlistan los mejores libros del año calendario. De nuestra parte, Vanessa Ramos, gran lectora, nos muestra los libros que para ella son los mejores del año 2021
Vanessa Ramos | Abogada y bibliófila
Finaliza 2021, es hora de decirte lo difícil que ha sido no morir. Pero aún quedaban libros para poder sobrellevar las angustias personales (que fueron muchas) y el caos nacional que sigue ahí, rugiéndonos a la cara.
Ahora, que de cierta forma la tormenta cesó, veo hacia atrás y observo una pila de libros, los que hicieron mi estancia dentro de esa lluvia torrencial menos difícil. Así que, honrando a mis costumbres de fin de año, me dispongo a enlistar los mejores libros que leí durante este 2021.
- Nuestra parte de noche – Mariana Enríquez
No voy a pretender hablar cosas innecesarias sobre este libro, el cual resulta ser mi primer acercamiento al trabajo de Mariana. Eso sí, debo decir que mis expectativas eran altísimas, aún sin saber muy bien de que se trataba la historia. Y la amé de principio a fin.
La Enríquez es una maestra del horror, y en esta historia nos habla de la maldad que se esconde en la oscuridad, y de como cada uno de nosotros llevamos cierta parte de ella en nuestro interior. Y aunque la novela coquetea con lo sobrenatural, y lo hace de manera prolija y sin excesos, la verdadera magia se concentra en ese montón de historias entrelazadas, en las que es posible juntar a una chica argentina con un David Bowie aún desconocido, o bien, una historia de hombres y mujeres ambiciosos detrás de una sociedad que se aprovecha de los más pobres; y a hombres y mujeres, que a través de una dictadura merman las oportunidades y esperanzas de un país entero. Y sí, también hay amor, amor de un padre hacía su hijo, idolatría desmedida hacía un hombre débil pero que se transforma en una bestia alada si la gota correcta de oscuridad se integra en su cuerpo.
Así es Nuestra parte de noche, un compendio de temores y de pasiones que se esconden en casas demasiado oscuras como para salir indemnes de su interior.
2. Los asquerosos – Santiago Lorenzo
«Todos somos candidatos a asquerosos» esa es la principal reflexión que nos deja este libro. Y es que, a través de esta novela, Santiago Lorenzo ha creado dos personajes imprescindibles en la literatura contemporánea, dos bichos raros, dos solitarios de hueso duro. Manuel y su tío.
Este fue el segundo libro que leí este año, una oda a la soledad, pero más allá, al ostracismo. Y de cierta manera, es el libro con el que más me sentí acogida e identificada. Cuando lo leí tenía el corazón roto, por razones que iban más allá del desamor. Me había perdido a mi misma, era un barco a la deriva y no sabía como encontrar mi camino, y sí, también me habían dejado de amar. Pero fue con Manuel con quien aprendí que a veces, estar solo es necesario. Todos somos candidatos a asquerosos, sí, pero si me dejan elegir quiero ser la versión que menos daño cause, ese es mi dogma.
3. La mujer rota – Simone de Beauvoir
Tres cuentos con tres voces distintas, unidas por la voz contundente y única de mi queridísima Simone. Me tomaré el atrevimiento de decir que este libro habla sobre situaciones que todas las mujeres pasaremos, ¿por qué?, porque las sociedades en las cuales vivimos no han avanzado demasiado en cuanto al respecto y al dialogo dentro de las relaciones de pareja. Las relaciones heterosexuales se siguen fundamentando en un constructo patriarcal, en el cual el dialogo sano representa una forma de ceder, y se cree que un hombre real no cede jamás, sino que se impone.
Con este libro me enojé hasta las lágrimas, porque, aunque pueden parecer pequeñas situaciones cotidianas, eso es así únicamente por lo normalizado que tenemos el abuso dentro de las relaciones, la violencia psicológica es casi imperceptible, pero existe, y jode demasiado.
4. La señora Dalloway – Virginia Woolf
Virginia Woolf es quizás, mi escritora favorita, no he logrado leer toda su obra, pero casi todo lo que leo de ella me genera fascinación.
La señora Dalloway es una novela en la que confluyen muchos personajes, con características y visiones de la vida y de la muerte dispares y distantes entre sí. Son un montón de personalidades curiosas, realistas, odiosas y hermosas.
Y debo admitir que por momentos me sentía enfrascada en la personalidad de Clarissa, pero también en Peter. Y cualquiera que me conozca lo suficientemente bien, sé que iba a apostar que Septimus se convertiría en mi personaje favorito.
De igual forma, Sally me recuerda a Vita, la queridísima Vita. Lean esta belleza de libro, por favor.
5. La invención de la soledad – Paul Auster
Las personas encontramos consuelo en muchas cosas, demasiadas, quizás. Pero este año he aprendido que también encontramos consuelo en nuestra propia soledad. Una soledad autoinfligida muchas veces; tememos, de cierta manera, que la gente que nos dé compañía, a su vez, nos lastime. ¿Por qué?, porque somos expertos en lastimar a quienes nos quieren. Porque muchas veces, tomamos decisiones que lastiman a otros, y porque esas decisiones las afrontamos demasiado tarde, y ya no hay nada que salvar en los otros. Somos egoístas, eso lo aprendí hace muchos años.
La invención de la soledad es el primer libro que leí este año y es el último de mi lista, otra curiosidad es que el número uno de este recuento es el último libro que leí en el año. Siento que es como cerrar un círculo, y me encanta, porque este año ha sido básicamente eso, cerrar círculos, desprenderme de todo y todos. Pero reencontrarme con lo que realmente importa.
La invención de la soledad me enseñó un precepto importantísimo: debía aprender a disfrutar de quien soy cuando estoy conmigo misma. Aún estoy aprendiendo, pero me siento más cómoda con mis silencios, o con mis dudas y temores, y eso lo aprendí leyendo a Auster.
Por último, debo agregar un bonus track a esta breve lista:
Bonus: Matrioska – Ana Alonso
Entre los regalos de mi cumpleaños número treinta venía este cuento maravilloso. Además de estar hermosamente ilustrado, es un cuento con una dulzura desmedida, a través de sus poquísimas páginas podemos descubrir los innumerables matices que las mujeres tenemos. Y nos confirma que nos merecemos un mundo seguro, sin importar las elecciones que tomemos para nuestra vida. Yo soy Ka, y me quiero comer al mundo, aún con toda la ansiedad que me genera el sólo pensarlo.
Y ya, así termina mi recuento 2021, espero que la vida siga poniéndome libros bellos en el camino. Pero también a personas hermosas para poder compartirlos. Que 2022 nos sea leve, y reconforte nuestras almas lectoras. Amén.
