El Escarabajo se contagia de la fiebre futbolística del Mundial de Qatar 2022 publicando poemas de autores centroamericanos contemporáneos. Odiar el fútbol no te hace más intelectual, dicen algunos, y es que el fútbol es como cualquier otra pasión en la vida: simplemente mueve multitudes.
MEMO ACUÑA (Costa Rica)
«Nos habían enviado a marcar la salida de Yashin. Un jugador tico lo
había visto días antes en Colombia y solicitó reunirse con don Hugo
Tassara, entrenador de la Liga. Planificamos el partido pensando en
esa forma de jugar del portero».
Guillermo «Tierra» Acuña
I
Suena a mar
con sol
y embravecido.
Se decreta el triunfo
en el arco
del guerrero.
Viste de negro
para un funeral:
el suyo.
II
Camina,
neanderthal
suda miedo.
Un amor seco
lo clava
bajo los tres tubos.
San José
parece
un cuadro rupestre,
casi azul.
III
El viejo Toshiba
garabatea Lev,
Lev Ivanovich.
Despierta con sudor
a 20 grados.
Tiemblan sus rodilleras,
son soles
que ya se apagan.
IV
Levanta la mano
desde el centro
de la cancha.
Le quita la vista
al oponente,
lo deja ir.
Se toma la vida
para decir adiós a Gagarín,1
con una flor abierta.
1
Yuri Gagarín. Cosmonauta ruso conocido por ser el primer ser humano
en viajar al espacio exterior. Yashin dijo alguna vez: «La sensación de ver
a Yuri Gagarín volar en el espacio es solo superada por el disfrute de parar
un penalti».
V
Otro monstruo sagrado del fútbol, el ruso Yashin, anduvo también
con mala pata: el mejor arquero del mundo se comió cuatro goles
ante Colombia, porque parece que se le fue la mano con los traguitos
que lo entonaban en el vestuario.
Eduardo Galeano
Vení corazón,
vistamos el olvido,
pintemos de negro
la desnudez con claridades.
Hoy salieron flores
en mis zapatos,
olían a tierra.
Vení a ver
cómo te toco
y salís intacta
por la estela de la noche.
Ese día perdí mi zapato izquierdo.
Tomé mi maletín y
caminé temprano
desde mi casa al Estadio.
Guillermo «Tierra» Acuña
VI
En el Río de Janeiro
una postal declara:
bola al centro,
rueda,
rueda
y
rueda
la memoria
PEDRO VALLE (El Salvador)
«El fútbol es un pensamiento que se juega,
y más con la cabeza que con los pies»
Milán Kundera
FÚTBOL NOCTURNO
Habían bajado de esas alturas neblinosas, traían en sus palabras
plumajes de frío. jugaban al fútbol silvestre, con carreras aprendidas junto al viento.
Eran hombres fuertes en la marca, con cimbreantes puntapiés
como patadas de caballo.
Aquél día, el tiempo los encontró en una cancha con césped, encen-
diendo el fuego de la alegría.
La historia enredaba horas eternas con invisibles dedos. En los graderíos , muchedumbres atónitas desaparecían como fantasmas.
Tres por uno perdieron, aunque en realidad fueron cuatro, un gol
nunca lo vio el árbitro por problemas de alumbrado.
Era el primer partido de fútbol nocturno celebrado en mi pueblo.
PARA JORGE “El CUSHO”
Te recuerdo entre la niebla de la infancia
aquél domingo me escapé solo a la cancha
allí estabas abriendo las puertas de la alegría
flaco alto elástico volando en el centro de la fiesta
Fiebre Amarilla tenía otro fútbol
se dejaba el alma en cada pelota
Desde entonces fuiste el más grande
para todos los arcos
cómo salías a jugarte el físico
intuición para los penales
ubicación reflejos era tu carácter
habías nacido para iniciar la jugada
alguna vez entrenamos juntos
otras fuimos rivales qué importa
sabemos que el tiempo hace fintas y disparos
cómo duele buscarla adentro de las redes
después del invierno siempre fuiste
el ganador del partido
PÁJARO PICÓN PICÓN
Nace como antigua leyenda
contada por mis padres
tras la niebla del tiempo
dos países hermanos
encendieron el fuego de la guerra
Miles de expulsados
dejaron casa y pertenencias
y no fue precisamente por el fútbol
ese año en un país del caribe
con un gol de “Mon” Martínez
nos clasificamos al mundial
(Del libro: “Del fútbol y otros lugares del asombro” escrito en 2005)
VLADIMIR AMAYA (El Salvador)
NIÑOS DEL BARRIO JUGANDO FÚTBOL EN LA CALLE
Diablos de la tarde tras el sol en la carrera;
arriesgando la vida, y eso es lo de menos.
Giros, pases teledirigidos,
jugadas acrobáticas,
remontadas de garra y coraje.
Los sin camisa, los descalzos.
Eso poco importa.
Bajo la lluvia:
las primeras emociones,
las únicas para algunos,
y también la única lluvia de sus vidas.
La esfera rodaba a sus pies
y todo era sudar el corazón.
Los gritos de las novias,
equipo al gol
esperando en la tienda de don Julio.
Yo los vi los miércoles
cuando todo concluía entre silbidos y pedradas.
Los vi los viernes
cuando el destino del planeta se definía por penales.
En una calle asaltan, violan, matan,
pero en las calles de un barrio
suceden asimismo las grandes cosas:
los frágiles y los más pequeños
también celebran.
S.S. 2005
WILLIAM ALFARO (El Salvador)
III
Afuera lo conocen tanto como a Roque y a San Romero,
los más ilustres y universales del corazón de América.
Casi todos amamos su positivitez,
y somos un poco como él,
capaces de hacer los imposibles y tirarnos por la borda como el absurdo nombre de este país insalvable.
Dentro,
no todos lo quieren.
Unos se inventan injurias
y rumores,
para restarle importancia,
pero nadie ha escrito las leyendas que ha vivido él.
El 10 vino a verlo hace 16 años,
para recordar los pocos días que compartieron en Nueva York.
Menotti escuchó a Maradona,
y le cedió a González en el verano del 84.
A pocos kilómetros del MoMA,
en el Giants Stadium,
con la casaca del Barça,
Mágico anotó su único gol culé.
Fue al 56’ del aquel domingo 3 de junio,
al recibir un filtrado del Pelusa.
Unos minutos antes,
tras hacer una pared con Diego,
las calcetas a media pantorrilla
calaron un caño en las piernas del argentino,
se quitó las marcas de rivales,
y de quien dos años más tarde
nos mostraría la mano de D10s en el Azteca
y el fulgor del barrilete cósmico.
Pero esa noche,
el recital,
y la poesía,
era de un cuscatleco.
El último 10 de todos los tiempos también lo conoce,
ya habló —alguna vez— de él,
porque si alguien sabe de magia,
debe saber,
que nació en el Barrio de la Luz,
al sur de San Salvador,
y no se trata de ningún mito.
VII
A Chencho
y al niño de la San Polvo
Con 17 años escuché el grito de la Bestia.
Solo uno del grupo se logró colgar de su columna de hierro.
Con el borracho
que llevaba de compañero,
nos quedamos llorando sobre de los rieles de Oaxaca,
no teníamos ni un peso,
y más allá de Tijuana,
la voz detrás del teléfono decía
—con rabia—
que vivía bajo las enaguas de mamá.
El llanto me envenenó la noche.
En sentido contrario,
nos colamos en un vagón a Chiapas.
Era mi primer viaje en tren.
De Tecún Umán a Soyapango,
mi pulgar derecho pagó el pasaje.
Llegué a casa el 11 de julio,
un par de horas antes del eclipse.
La noche del mediodía me susurró un secreto,
y unos días después,
el Macizo me dijo que el camino estaba hecho,
pero igual,
me tocaría sufrir.
Así,
13 años después,
por la ventanilla del primer avión en el que volaba,
no dejé de ver el recorrido que no pude caminar.
El 5 de junio,
Chencho me invitó a subir al autobús que nos llevaría al coliseo de su despedida.
El auto era una noche plena de estrellas:
el Mago, la Chelona, Misa, el Papo, Toto, el Zarco.
Seguí el pasillo hasta el final,
y me encontré con mi inspiración de niño,
el Brody,
y yo no me creía nada.
En el asiento contiguo estaba Hermosillo,
y esa tarde,
cuando Cienfuegos se despidió llorando,
yo también lloré con él.
XII
Unidos Venceremos Fútbol Club
A Eduardo Galeano
Le hablé del Lenguaje de los doctores del fútbol,
y del Unidos Venceremos Fútbol Club,
con una sonrisa me dijo que no lo recordaba,
y le traje a la memoria su libro.
No está mal la idea, dijo sonriendo,
y remató a carcajadas,
diciendo:
“Prefiero Unidos Beberemos Fútbol Club”.
Después del luto me llegaron otros versos,
yo me traje uno de Buenos Aires a Caracas,
y decía:
¡Ven, seremos!
25 de noviembre de 2020
FABRICIO ESTRADA (Honduras)
Galaxia Maradona1986, singularidad
Al minuto seis del segundo tiempo
-tercero o noveno
según el universo desde donde se vea-
ocurrió una singularidad
en el espacio tiempo del campo de fútbol.
Los defensas rivales vieron todo en cámara lenta
vieron también cómo envejecían los cien mil aficionados
y el cómo la cámara suspendida en el cable
salía disparada hacia el espacio
se acoplaba con el Voyager
y transmitía la imagen
acompañada por el vals de Strauss que va
junto al hueso puesto en órbita por Kubrik.
Al minuto seis de la etapa complementaria
el árbitro tuvo una revelación:
No habría problema,
todo se explicaría muy bien con el Bosón de Higgs.
El portero seguiría en el aire cuando todos gritaran gol
el portero seguiría cayendo
cuando la gente invadiera la cancha
el balón continuaría su lento rebote
cuando la gloria se marchara
el balón atravesaría el concreto
cuando las grúas ya demolieran las graderías
el portero seguiría en el aire
cuando él, abatido lego silbato en los labios,
detuviera el cronómetro y recordara
los viejos tiempos en que los hombres
se enfrentaban al movimiento transideral de una mano
en busca de romper las supercuerdas.
Al minuto seis
lo que existiera
existiría antes de Dios.
ALEX DARÍO RIVERA M. (Honduras)
GÉNESIS MARADONEANO
En el principio creó Diego los goles y las graderías llenas de felicidad.
Antes de él, las graderías estaban desordenadas y vacías, y el fútbol estaba sobre la faz del abismo, hasta que el cuerpo de Diego se movió sobre la faz de las canchas.
Y dijo Diego: Sea la alegría; y fue la alegría.
Y vio Diego que su zurda era buena; y separó Diego la alegría de la tristeza.
Y llamó Diego a la alegría Fútbol, y a la tristeza llamó FIFA. Y fue la tarde o la mañana que le hicieron el doping.
Luego dijo Diego: Haya expansión en medio de las canchas, y separó a defensas en carrera y porteros con pelotas al ángulo.
E hizo Diego la exaltación de su mano divina de un pueblo que había sido humillado, y separó la pobreza que estaban debajo de la gloria de los Ingleses que quedaron esparcidos sobre el pasto. Y fue así, que ganó otra guerra de las Malvinas sin disparar un arma.
Y llamó Diego a los pobres Cielo.
Dijo también Diego: Júntense los pobres que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la libertad. Y soñó así.
Y llamó Diego a lo seco Directivos, y a la reunión de las aguas alegres llamó aficionados y pobres. Y vio Diego que los directivos eran malos, y los aficionados y pobres, buenos.
E hizo Diego las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para anotar el mejor gol de todos los días, y la lumbrera menor para que señorease en sus noches de parranda sintiéndose humano; e hizo también su estrella en una página de papel encontrada en el potrero de Fiorito, la rompió, y la lanzó como confetti para reír junto al pueblo.
Y las puso Diego en la expansión de los campeonatos para alumbrar sobre la tierra,
y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Diego que morir joven siendo su propio dios, era bueno.
BLANCA VARELA (Perú)
Fútbol
Juega con la tierra como con una pelota
báilala
estréllala
reviéntala
no es sino eso la tierra
tú en el jardín
mi guardavalla mi espantapájaros
mi atila mi niño
la tierra entre tus pies
gira como nunca
prodigiosamente bella