Tenemos el honor de compartir una muestra de la obra de Paty David, poeta y escritora colombiana
Tiempo
No practico el afán,
comparto con el tiempo;
siempre está moviéndose en mí,
es imposible arrancarme de él.
El tiempo me lleva, me trae
y me hace creer que me detiene;
me siento niña.
Qué noble es el tiempo;
trata de disimular mis cicatrices
dándome amor, palabras…
Me desnuda,
dice que nada más sensual que mis treinta y cinco,
y convencida,
me expongo más a la luz para que mire bien,
quizás, no se vaya a equivocar…
Aún sigo expuesta bajo el sol,
bajo la luna, bajo un candil,
y el tiempo me sonríe
como cuando aprendí a escribir mi nombre.
Delicada de olvido
Escribo a la tibieza de un abrazo,
al temblor de mi desnudez en la hierba,
a la embriaguez del misterio,
al viento,
al miedo,
a los colores del cielo,
al eco de las montañas,
a la ausencia de la pasión,
al dolor,
a la fantasía.
Estoy enferma;
delicada de olvido
y sobrevivo escribiendo.
Señor
Señor,
yo no te mato,
porque sin ti, no existiría la paradójica esperanza.
Eres tan real como el humo que se escapa por las fracturas de mi cráneo,
como el bandoneón que me ayuda a sacar lágrimas verdaderas
y el lápiz que dedico a escribir estas palabras.
Señor,
sé que te encanta lo verde y caminar por encima del mar envinado;
por el cielo aguado de aquellos tiburones alegres,
me gustan esas cosas
por eso no me condenaste a la eternidad.
Señor,
tú que conoces mis enemigos,
tú que escuchas bajo mis cobijas los aullidos de los perros,
si ves a la muerte perturbando mi armonía,
dile que no me interrumpa,
que se desvíe,
que estoy fumando.
El silencio no existe
Caen gotas de agua en una vasija,
el reloj no retrocede,
los perros ladran…
Escucho el sonido de mi cabello contra la almohada,
el suspiro de la computadora,
una orquesta de grillos,
el vuelo de las chicharras…
No existe el silencio,
ni preguntas para la muerte,
ni perdón para el sistema,
ni existirá otro Apolo;
el mío fue único por la eternidad,
y no hay quién me contradiga.
El silencio es una metáfora,
para los sonidos que no tienen nombre,
para ver las palabras.
Mi oficio
Mi oficio necesita toda la vida,
por eso mi sueldo es «el máximo».
No soy cualquier miserable,
soy una miserable creadora de universos para que otros vivan;
a veces paradisiacos,
a veces infernales…
Bueno, el asunto es de creación;
es complejo,
no te imaginas cuánto tiempo necesito
para contemplar la espuma del mar
y romper las olas con mi cintura;
es difícil detener con la mirada a las gaviotas,
y narrar cómo la arena arde bajo mis pies…
Es duro escribir esto en la playa;
tengo que enfrentarme con la brisa para que no arrebate mis hojas.
¿Qué humano desafía la fuerza del viento, de las olas?
¿Quién se arriesga?
PATY DAVID (Colombia, 1987). Poeta y escritora. Profesional en Estudios Literarios con énfasis en Literatura Hispanoamericana de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín. Autora de los libros de poesía Poemas Para/normales y Línea Inmaterial. Ganadora del premio Los Sueños de Luciano Pulgar, en poesía (2011). Aparece en publicaciones como: Flor de papel; Nocturnos; Revista Literaria El Galeón; Antología poética Lunario de la Corporación cultural La Bisagra; Periódico Literario Mecánica Celeste; Poetas de la Zona Noroccidental de Medellín; Mujeres escritoras en la memoria de Antioquia; Revista Prometeo Número 109; Revista Literaria Punto Seguido en la edición 62; Portal Cultural de Bogotá Quira Medios; Neonadaísmo; Kairós Literatura; Revista Imago; Revista La Musa Sonámbula, Memoria 6to Festival Comuna 6, entre otros. Ha participado en diversos festivales de poesía y eventos literarios a nivel nacional e internacional. Tallerista de creación literaria.
