Muestra poética de Luis Borja. Selección de Alfonso Fajardo
Un trago a la salud de El Principito
Vientos disparando recuerdos
en esta sábana que no cobija al asteroide intergaláctico
Corderos dormidos a la luz del día
esperando la caída de la espina
La noche
Tú
Yo
La flor
Palabras cortando venas
Navajas
Flores
Espinas
todas bañan con sangre al ingenuo humillado
ahogando penas y desatando recuerdos
—cómplices del viento—
LA NOCHE
SILENCIO PERFECTO PARA MORIR
Calavera inconclusa versificando sentimientos
Flores desnudas copulando en mi planeta
Silencio
Muerte
esperandoelorgasmoabismaldeladiós
«Los cascabeles se convierten en lágrimas»
Epitafio
La tierra acostumbrada al sabor de tu sangre pare versos florecidos de hastío
Debo decirte que el grito de los sapos ha demacrado los días
y aquí yace la agonía húmeda que te cantaban los pájaros
yace el extraviado laberinto de tu nombre
la sílaba enferma de un poema
el pánico escrito en la punta de tus dedos
los endurecidos besos de la ceniza
Acto de contrición
Amaneció y te echo de menos encerrado en este hueco donde la luna es de papel
—todo esta vacío— mis libros son ventanas destruidas en tu ausencia
vamos ven
que todo está frío en este sitio
acá corro poco ya no sonrío estoy esperando que todo comience de nuevo
salgo y veo negro todo ahora muero en este espacio gris donde me siento olvidado
mientras lames el pus que sale de mi cabeza con tu beso sereno
mientras tocas mi mano fría diciendo que todo está bien.
Ven y enséñame que la vida es mentira
que la vida es de humo y se va.
(No llores cuando de mi boca salga espuma y es que muero mientras asustada golpeas mi
pecho y todo se borra)
Mira cómo lloro
cuando dibujo con heces mis sueños sobre esta pared que se hizo eterna
donde mi boca de piano mudo aletea tu nombre de olvido
Ven y llévame en tus manos arrugadas donde me hago niño
y toco tu pecho de canela
ese pecho menguante de luna cobijándome como siempre.
MIENTRAS FUMO DE ALQUITRÁN SE HACE TU PELO
y es que el tiempo no nos favorece
nos olvida y nos aparta de todo
Cuando la tarde caiga comprenderás como todo ha sido en vano
—grito entre estos escombros que se llevan mis ojos—
mira cómo recojo mi piel destrozada por los perros
pon tu mano de ébano en mis heridas y sana como siempre
como cuando era niño y comía lombrices
como cuando la tierra en mi boca era chocolate y no tierra
como cuando éramos dos penas en la vida y esperabas que creciera
ahora mírame he crecido
y soy olvido hecho ceniza sobre esta tierra
y soy fantasma buuuuu!!!!!!!
¿te asusté?
He crecido y odio todo
incluso ver como el tiempo se ha llevado mi sonrisa
y no encuentro el camino de regreso a casa
ahora he crecido y me encuentro desnudo viviendo contra el tiempo
haciendo de mis rodillas eunucas trenzas para llegar hasta ti
y es que el estar olvidado en invierno
es más triste que morir como ola marina sobre la piedra
tú que sabes de olvido me entenderás mejor como siento
tú que sabes de muerte sabrás mejor cómo me olvido
y es que ahora todo está muerto
mira como la luna es cubierta por nicotina
mira como la luna esta triste y ya no llora
mira como mi luna me ha dejado mutilando lo poco que queda de mí
Para Guadalupe Borja
tú que sabes de desolaciones entiendes que todo está muerto
los pájaros ahora sacan gusanos de su pico —ya no cantan—
sobre mi taza de café veo muertos
y siento el hedor a mierda que transpiro
mira como tu niño se ha hecho añicos aspirando estrellas sobre los vidrios
DE MI BOCA LO ÚNICO QUE SALE ES TU NOMBRE AÑORADO DE
HORIZONTES TIERNOS
ahora mi vida descocida de destinos ya no tiene sentido
y sabes que he jugado con mi muerte intentando hacer de ella un travesía completa.
Ahora entenderás como en mis ojos he anidado anocheceres
embriagándome de toda esperanza póstuma
escribiéndote cada letra
—es necesario que te diga que cada letra es un grito del alma mía—
como anhelo de siluetas muertas cuando me hago niño
niño que juega a que todo esto no pasa
con mis años apestados de cloaca citadina de neones fugaces.
Y sin embargo hoy suspiraré miles de palabras
y en cada tinta no cabrá tu nombre de amor moreno
viendo como pierdo a mi hijo —te fallé la promesa hecha historia—
a tu nieto vestido de ángel surcándole sonrisas a tu rostro viejo
mamá mira como crucifico mi alma otra vez
mira como estrujo mi alma de papel rasgado
mamá:
¿te gusta como escribo mi muerte?
I [se]
Todo comienza amando la madrugada
Amando el canto de los gallos que buscan un nombre de luna
Todo comienza en la ternura de las flores y sus pétalos de sangre
Todo absolutamente comienza amando la saliva
Porque de la saliva y el barro somos
Somos la jícara y el destino de la tierra
Todo absolutamente comienza con la tibieza del día
Con la sonrisa caliente de todos los astros: el nacimiento del padre y el fuego.
Yo
Que soy saliva y barro, planta y ternura
Comprendo que somos bebidos por la luz y el día
Pero también, mi hermano, somos de la noche
De la oscuridad y la luna: la madre.
Todo comienza en la sonrisa de la jícara y de la raíz
En la plegaria de sangre que cantamos
Todo comienza en la tierra y el sudor
En la semilla que nace en la palma de la mano
Todo comienza en la nocturna sonrisa del delirio
No, no callamos la locura ni la muerte
Ni el disparo que quebró los huesos de la tierra
Y de los huesos que nacieron como piedras
Todo comienza pues, con la ternura entre las manos y con el odio entre los dientes
Todo comienza, mis hermanos, en el sueño de los pájaros y su grito de sangre
III
Sobre el clasismo de los muertos nadie habla
Porque todos están más interesados en adornar la palabra con la métrica inerte del canto
Nadie habla ni dice pío porque pio no es pomposo ni mediático
Porque hablar sobre el clasismo de los muertos no me pone en pleito retórico con las vanguardias poéticas
Porque el problema de clase le queda grande al verso que pasa rastreando el destino de las metáforas, metáforas muertas
Mientras tanto, los muertos de este país se apilan y se apilan como collares de dientes
Como ritmos inertes que los poetas le ponen a la luna, y no, no precisamente aman los boleros
En este país los muertos adornan todas las calles
Todos los muertos, el Estado los tira a la Fosa Séptica, mientras los poetas buscan en sus diccionarios la palabra aporofobia.
IV
Los golpes de la democracia duelen cuando se construyen desde las entrañas
Yo te juro cariño, que mi nombre es el nombre de todos los muertos
Quizá por eso, todas las casas ahora siguen en vela con la garganta llenas de dudas
Quizá por eso en todas las casas alguien no haya regresado
La militarización cariño, es una vieja sombra que nos persigue hasta desangrarnos
Si sobre la calle mañana encuentran un cadáver quizá tenga el nombre de todos
X
(Discurso para pensar el siglo XXI)
Un fantasma recorre los países de Latinoamérica y es el fantasma de las dictaduras
En pleno siglo XXI estamos avisados ya todos de los autogolpes que se propagan
Torceduras de muñequitas de tusa, golpecitos de pecho contra las resistencias.
En la tierra donde los esqueletos atormentan el paso de las democracias —viejas sangrientas aplaudidas desde los discursos— sin duda se prepara ya un golpe de Estado.
Quizá sea un golpe de Estado blando, como las enaguas de la libertad, quizá sea un golpecito de viejo tísico por las polvaredas secretas encima de los escritorios
Estamos pues ante un genio de los caracteres con los párpados remendados
Una carretillada de gorilas abatiendo la historia al ritmo de los aplausos
Porque al final, este paisito, tierra remendada a puros huesos, no puede alejarse de las cosas banales
Eso sí, estamos ante una crisis de poder y eso se resuelve con el canto de los pájaros de tuiter, con balas cibernéticas ante el ritmo de los acosos virtuales
Sin duda pues, ese fantasma que recorre por todas las sangres de los presidentes
Acumula el odio en todas las sonrisas de los condenados
Y las vísceras corren como animal espantado
Mientras la sangre se derrama en todas las plazas virtuales
Y desde la silla entronada, el omnipresente dios de los caracteres mueve su patita para espantar el Parkinson de muchachito malcriado.
Por si una bala me alcanza
La resistencia, queridos amigos, siempre debe ser el poema.
Dícese de la sangre
La sangre el color de la memoria;
el recuerdo de todos nuestros muertos—
Entonces yo me pregunto; ¿cuál es la metáfora sangrienta que corroe la mente de los dictadores?
El malcriado
Él desconoce la historia de todos los muertos
No sabe quizá la herida abierta que tiene nuestro país, no sabe nada de nuestra memoria.
Quizá nunca ha visto el color de la sangre
Ni mucho menos la mano abierta de una osamenta perdida que nos saluda desde el pasado.
Insisto pues, que no conoce nuestra historia
Quizá por eso invoca la angustia, el dolor y el aspaviento.
Quizá quiere pintar nuevos paisajes en las calles con las metáforas de la sangre
Para decir pues que todo ha sido un mensaje divino
Para tirarse un pedito en la memoria de todos los muertos que aún seguimos buscando
LUIS BORJA (Ahuachapán, 1985-2021). Poeta y profesor del Departamento de Letras de la Universidad de El Salvador. En 2014 obtuvo el Accésit del XXIV Premio Internacional de Poesía «Jaime Gil de Biedma» con su obra El disparo: cuentos del barr(i)o, publicado en 2014 por la editorial Visor. Otros poemarios son Letrosis (2013); Pus (2014); La herida del poema (2015); Mi hombro es una lágrima (2016); Un labial para las muertas (2017); y UMIT (Ediciones Diputación de Salamanca, 2019). También realizó la antología Subterránea palabra (2016). Miembro fundador del Taller de poesía del Parque (Ahuachapán), en 2006 ganó el Certamen de Poesía Universitaria y, desde entonces, ha participado en diversos festivales celebrados en países centroamericanos. Poemas suyos se han difundido en las antologías Invisible. Antología de poesía joven salvadoreña (Venezuela); Las puertas de la madrugada. Antología poética Cuba-El Salvador (El Salvador-Cuba); En el nombre de hoy (Visor, 2015); y Dictadura vintage (Chifurnia Libros, 2021). Con UMIT (2019) se alzó con la VI edición del Premio Internacional de Poesía «Pilar Fernández Labrador».