Especial «La hora más alta», muestra de poetas colombianas
Los que llegan
Frente a Creta
frente a Libia
y tantas otras orillas
hombres mujeres y niños
son arrojados a la playa
con la boca espumada
y el cabello arrastrando
conchas,
palos, algas.
Tristísimos llegan
siempre
sin poder llegar.
Son cientos,
miles,
tienen el rostro lívido,
puñados de sal entre la boca
y la mirada hueca comida por los pájaros.
Lo inesperado
Así como se desborda una luz represada
a través de un filo
sucede
de forma misteriosa y rotunda
el derrumbamiento de lo bello,
el asesinato del amor.
La muerte antes de que exista,
cuando todavía el dolor es posible.
Estados de ánimo. Poemas de lo abstracto
(fragmento)
3
En sosiego la casa interna. El sol afuera, inevitable nombrarlo si es el mundo. El agua de la cisterna con su canción oscura. La gata y el sueño junto a la ventana. La silla, el escritorio y este computador-barco navegando entre lo que soy y lo que no, el mar de los peces que huyen.
4
Narnia, la gata, lenta cruza el patio como una pantera. Sus enemigos los perros, duermen. El halcón da órdenes al mundo desde la cima de la guadua y el agua, bajo la tierra convertida en un millón de ríos corre silenciosa e invisible. Nada existiría sin su sed. Ni el pasto ni las flores ni la piedra que observo idéntica al cuenco de mi mano.
5
El abismo dentro del pecho no desaparece. Un colibrí espera que lo alimente. Mis manos pesan y el dolor de todo golpe es mío. El mar se vacía dentro de un vaso de agua, el vaso estalla en pedazos y la fuerza de gravedad (del amor) junta de nuevo los cristales. Ninguna grieta queda explícita o visible en ese cuerpo que todo contiene. Sin embargo, al vidrio le duele el desborde, la fractura, el estar vivo.
Tres
A veces
somos tres:
tú
yo
y esa otra
que también soy
y nos observa.
Arte poética
Frente al estanque
la hondura de las aguas
y el deseo
caen el anzuelo
su plomada
y ningún peso
ni intensión traspasa el agua
Las manos los dedos
igual que hojas caídas de los árboles
flotan a la deriva sin atravesar la ansiada piel
aunque quieran.
Al fondo los peces
nadan indiferentes.
MARÍA TABARES (Bogotá, Colombia). Poeta y narradora egresada de la Escuela de Escritores de México, SOGEM. Ha sido publicada en revistas y antologías en Colombia, Ecuador, México, Brasil, Argentina y Francia. Su trabajo ha obtenido los siguientes reconocimientos: Premio Nacional de Poesía, Museo Rayo y Ediciones Embalaje (2011) por el libro de poemas La luz, poemas de sombra. Tercer lugar, Concurso Nacional de Cuento, Fundación La Cueva, Colombia (2012) por su cuento «Cinco minutos». Mención de Honor, Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá (2013) por el libro de poesía Los sombra. Libros de poesía publicados: Las poetas del megáfono, México (2008); Y cae y suena y nos invade, Colombia (2010); Álulas, Ecuador (2014); Sinfonía, de mi sangre nacerán pájaros, México (2017), Al filo del mundo, Colombia (2019); Oración Atea, Colombia (2020) Es co-editora del fanzine La trenza sobre poesía y ensayo escrito por mujeres en Colombia y de la colección Respirando el verano, poesía y literatura, editorial Domingo Atrasado.
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¡La gran María Tabares!