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Francisca Alfaro

DÍCESE DE LA PAZ

I

Quisiera pensar en la paz como un cristal
o una carta abierta donde alguien escribe
su memoria   con las manos aún sangrantes
con la vista nublada por un frío noviembre.

Porque la noche no puede ser solo oscuridad
porque debajo de la piel las sombras son música
porque la voz de los que amamos es una llama encendida
y su rostro perdura en la inmensidad del silencio. 

Porque si no hablamos nosotros lo harán las piedras
porque hoy es el futuro y la luz amarilla nos deja sin mañana
por eso las palabras son emisarias de la pletórica locura
del amor que busca ser puerto y mesa común.

II

En la tarde los pájaros dejan un poema gris
como silbido de un tren loco que llamamos siglo XX
máquina triste y oxidada donde juegan fantasmas
máquina del ayer que fuimos y resuena en nuestras casas de lámina y plástico.

En la tarde,
como niebla del pasado, un elocuente frío de nostalgia
por un tiempo febril, nos invita a reposar la cabeza
sobre mármoles que gritan su soledad y vergüenza
sobre tumbas que no conocemos en algún rincón triste
del país habitado por la locura, del país terrible devorando a sus hijos
devorando a los inocentes, ocultando    víboras en medio de fincas imaginarias
en archivos fantasmas y oficinas de locos tiranos al revés de la historia.
Es más fácil que el justo pase por el ojo de un camello,
que al coronel se le llame por su nombre,
que al león infernal se le llame por su nombre,
que a la fiera rabiosa se confine al silencio.

Por la tarde
la belleza de los pájaros
la frialdad de los nombres de nuestros muertos
nos consumen la esperanza.
Pero seguimos despiertos
y nuestras manos aún son murallas
para el amigo
para el justo
para la mujer del hoy que canta
para el hombre del hoy que sacude el polvo.

III

No se puede regalar la palabra
no se puede ser una navaja sin filo
intentando cortar las piedras.
No se puede creer en la paz de bestias con armas
en la mentira y su magia de circo
en la falacia de alquimista con ojos perdidos en el terror detrás de la pantallita
en el soborno.
No se puede dejar a la suerte el mañana
la niñez nos lanzará la primera piedra
la vejez nos dará su bofetada salobre
y nuestros rostros agrietados por la inmovilidad
serán el arpegio de la generación que no fuimos
de la luz que se apaga en medio de la tormenta.

No se puede
que estar vivos no es suficiente
que más allá de la infamia
la verdad resplandece en linderos suaves
donde estar descalzos es el privilegio de los justos.

Que no callen nuestras voces
que la ignominia nunca tenga un dios más fuerte
que la sangre sea el lazo para saber cómo regresar al origen
al pasado con sus laberintos.

No se puede
simplemente estar vivos
y no buscar debajo de las piedras
la verdad que necesitamos.

Infancia

Corría sobre la Gerardo Barrios un año siniestro
Vi morir a mi hermano
Vi llorar a quienes me engendraron
Vi la tierra abierta para acoger a los agobiantes cuerpos
Vi y eso no es juego, o las imágenes de un Tarot desfigurado
Me comí las uñas de niña
Cuando los helicópteros sobrevolaban la casa
Y mi madre inventaba historias fantásticas para evitar el pánico.

Vi como mis hermanos vivos se iban en autobús a otro país
Dejando sus hijos
Los sembrados, esposas
A mí madre que atizaba el fuego para que el rumor
Fuera la premonición de una marcha sin peligros.

Leí sus cartas
Soñé con sus relatos sobre el río, el desierto
Los vi volverse viejos, lejos de nuestro abrazo.
Eso no es ficción o el retrato feliz de un salvadoreño al otro lado.

Veo a diario mujeres romperse el cuerpo
Correr y marchitarse
En el afán de llevar un pedazo de su corazón
A los que aman
A los niños, guijarros
Templos de algo más que humo y basura.
La locura me mira a mí
36 años después, de haber llorado por nacer
En una guerra que parió plantas parásitas
Pero que era la salida, a un cacería destinada
A terminar con hombres y mujeres pájaros.

***

Francisca Alfaro. Poeta Salvadoreña. Nace el 10 de Julio de 1984. Es profesora de Lenguaje y Literatura y licenciada en Letras por la Universidad de El Salvador (UES), Diplomada en Teatro (2006), Egresada de la opción Literatura de la Maestría de Estudios de la Cultura Centroamericana de la misma casa de estudios y estudiante del Doctorado en Educación  por la Universidad Don Bosco. Fue miembro fundadora del Círculo de la Rosa Negra. Colaboró como guionista literaria del manga  15 segundos (2014). Autora del libro Crujir de pájaros (Editorial del Gabo, 2015) y Conversaciones anormales (Editorial  La Chifurnia, 2017). Ganadora del segundo lugar en el Certamen Poético Universitario Tu mundo en versos (2008), de los Juegos Florales de Zacatecoluca 2014 con el poemario «Ficción del amor», del primer lugar del certamen Santa Tecla Activa con «Inventario de la sombra», del tercer lugar de poesía en el Certamen La Flauta de los Pétalos (Centro de Estudios de Género de la UES, 2016) y  ganadora en cuento en el Certamen de Literatura de la Primera Infancia Maura Echeverría (2017). Ha publicado en Tzuntekwani (Secretaría de Cultura  del FMLN, 2016), Subterránea palabra (THC, 2015), Poeta soy (MINEDUCYT,2019), entre otras antologías. Su último libro de poesía es Cartón para un monólogo con Editorial Índice Libertario en marzo de 2020.  Actualmente es docente de Literatura en el Liceo Salvadoreño,  y  consultora independiente en Currículo, Lengua y Literatura.

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