Una interesante selección poética de la obra de Marina Centeno (México)
Aisla-miento
Parece que la vida se detiene
escucho el chirriar de las ventanas
las vueltas de la llave en el cerrojo
y el golpe del cincel en los renglones
Pasean ya mis muertos los pasillos
buscando levedad entre las pausas
se funden cada tarde en el crepúsculo
cansados de lidiar con el encierro
El canto de la noche me entristece
en plena contingencia que me aísla
Soy hiedra que se adhiere a las paredes
Soy vena que revienta en las esquinas
Atada a los barrotes de este vértigo
residuos del ayer se profundizan
y vuelvo a tropezar con los candados
que impiden continuar con el futuro
Los tramos de imposibles me devastan
me atan los tobillos hasta el suelo
me arrastran a lugares de improperios
en turnos de arrebato de hundimiento
Es bueno prescindir de alguna fórmula
para sobrellevar la sed de olvido
sentada en el terral y las raíces
cubierta de paredes y recuerdos
Monotonía
Los que tenemos hambre de silencio
atesoramos la huida del bullicio
la tempestad asidua al agujero
los rescoldos ambiguos del poema
crujiendo incesante en los recuerdos
obstruimos el paso a las noticias
para hacernos la pátina incómoda
gozando a las caricias de la aguja
que se arrastra con suave alevosía
muriendo entre pausa y minutero
Cada segundo se nos vuelve ganas
Cada suspiro se nos desbarata
Cada recuerdo se disuelve en oda
Cada letargo nos expande el cuerpo
hasta oprimirle el cuello a las preguntas
Corona-virus
De este encierro atosigo
la maldad de la corona
cuando al pasar desmorona
los sueños que van conmigo
Y si al llorar no consigo
cambiar los males del mundo
por este dolor profundo
que arremete a mis hermanos
atados de pies y manos
que los acaba en segundos
Por eso vivo la vida
con prudencia y con recato
para saber de inmediato
si tiene sangre la herida
cuando de pronto se olvida
lo que sigue del dolor
lo contrario del amor
que funge como el ungüento
que ante el mal presentimiento
te retuerce el interior
En este mal que hoy oprime
la paciencia del transeúnte
la causa intransigente
que de nada nos exime
para que el tiempo aproxime
algo más que una esperanza
en aguas de la confianza
que no todo está perdido
permanezcamos unidos
mientras el virus avanza
En este mal que hoy acierta
a cerrarnos la razón
y llevar la dirección
de una ruta que desierta
la pensamos ayer muerta
y la tenemos al paso
para marcarnos el trazo
del pódium hacía el olvido
donde queda concluido
la sécula del abrazo
Y sin embargo habrá quién
con el dejo de arrogancia
que con aires de importancia
nos cambie el mal por el bien
A ese alguien que también
vocifera ser más fuerte
dejándonos a la suerte
sin saber cómo ni cuándo
si detenido o andando
nos pone a prueba la muerte
Décimas a la décima
En esta contienda lírica
donde el que versa presume
de saber lo que resume
entre verdad y satírica
Porque no todo es onírica
cuando la décima trae
un asunto que sustrae
del sujeto del realismo
para dejar en lo mismo
a tiempo que se contrae
Porque en esto de escribir
existen los que son calca
de los textos que desfalca
a modo de subsistir
Y existen los que al parir
palabras desde lo hondo
se encomiendan hasta el fondo
para pasar por la vida
sin que se note la herida
como tema de trasfondo
Le pone brillo al ocaso
entre paisajes oscuros
acomodando lo puro
en el fondo de su vaso
Al caminar paso a paso
atestiguando el minuto
de la tristeza a su luto
y el tufo de la codicia
que entre letras desperdicia
como el árbol a su fruto
Por eso ofrenda el coraje
de su grueso escepticismo
que deambula en el abismo
como muestra del bagaje
que se carga en el mensaje
cuando la vida confiere
y la palabra le hiere
hasta dejarlo desnudo
y en las entrañas el nudo
al momento que partiere
Desgano y otros horizontes
Uno puede evadir a la escritura
y permanecer inmune a los sentidos
creyendo que los dedos aminoran
el movimiento sutil de los ocasos
también —puede ser— que nada amaine
el temblor de los labios en la pausa
por golpe de viento en el teclado
mientras pasan de largo las metáforas
se traspone una pauta con la rima
que no tiene el ajuste necesario
para hacer levantar las estaciones
donde estamos viviendo cautelosos
las maneras que tiene el moribundo
cuando todo comienza en el desgano
Entre-comillas
Todos tienen un alto por despecho
para hacer connotar «entre-comillas»
las razones del resentimiento
sin embargo hay quienes se atropellan
y se mezclan de un modo alambrista
Es curiosa la forma que unos tienen
al volverse unos pésimos granujas
que convierten en ruin a su sonrisa
y liberan el páramo hasta siempre
para ser el caudal de los simpáticos
que se aferran a un modo diferente
cuando existe evidencia de osadía
en la mezcla del «bueno» y el «constante»
(Hay lugares y sitios para todos
Hay personas que mienten y asesinan)
De este modo me quedo en el rezago
y le cedo al cobarde su crepúsculo
porque tengo la puerta entre-abierta
para ver como caen las sortijas
Lo que antes amé sólo es ahora
un payaso de circo que no evade
los peligros en contra de sí mismo
Exposición del Yo
Aletargada en la trampa del acuífero
se distrae uno mismo con las sombras
correteando entre sillas y abanicos
tolerando el desplante de unos cuantos
que se sienten totales y absolutos
abastecimiento que late en perecedero
titubeando en las redes por encanto
que me sobra nostalgia por el hueco
y me falta pulsar entre la hamaca
desteñida hasta el fondo del espejo
cuando tengo los años del embudo
oxidada en el centro de mis ansias
para ser hojarasca en el destierro
componiendo poemas de alambique
para hacer el tic tac de un precipicio
pensando que el futuro es una farsa
que se abstiene de los inventarios
donde rompa en espuma su obsesión
Exposición del Yo
II
Soy cauta-impaciente y repulsiva
me dejo llevar por los instintos
y le pongo acertijos al anzuelo
para hacer una atmósfera contraria
donde quepan los resentimientos
porque en cuatro paredes sólo existen
las voces que chocan por renglones
para hacerse notar por desafío
(Así los seres propenso-racionales
se deslavan de sus obligaciones
le ponen pimienta a la desdicha
con sus causas sabihondas de entresijo
que delatan los tercos pormenores)
Ahora oprimo el teclado por deseo
mientras lejos diviso las casillas
donde asisten las claras pretensiones
a buscar un lugar preponderante
donde tiendan la ropa egocentrista
Soy rezago Soy mezcla Soy risible
Me transmuto en diversas cicatrices
con la sola encomienda que me acude
el lugar donde cavan mis derechos
y la firme intención de escabullirme
Llovizna
Los males del mundo que amenazan
la muerte que se empeña en destruirnos…
hay un olor a tierra entre las lágrimas
por todos los rincones del encierro
No puedo hablar del hoy y del futuro
porque todo lo atoro en la escritura
por eso me desnudo en los renglones
y me absuelve el lenguaje de homicida
No soy esa —es la otra— que se cierne
a clavarse la daga por el centro
y supura palabras de nostalgia
por eso me disuelvo en la llovizna
donde caben mis modos de metáfora
Los dos hombres
Sin embargo un buen día, y era un día azul,
llegó uno que no me rogó
y colgó su sombrero en mi cuarto
y yo ya no sabía lo que hacía.
Bertolt Brecht
Antes de los treinta conocí a un hombre
que sembró de flores mi delirio
apaciguó las aguas de mi río
y trajo sombras entre sus manos
Me atraía el vértigo y el nudo:
el escándalo de saberlo ajeno
al estancamiento en que caímos
cuando al mediodía surgía entre nosotros
un abismo como de marea
Ese hombre me llenó de obstáculos
para cruzar conmigo ciertos bosques
aferrada a su brazo por procesa
sin embargo había una cruz que delataba
la rara consumación del escondrijo
donde fui —lentamente— apaciguando
los improperios de mujer poema
…pasaron los años en un pozo
sumergida entre el lodo —cara arriba—
buscando el lugar de las estrellas
Pasado un tiempo conocí a otro
¡Ay cómo amé a ese hombre!
Me clavaba de espinas en el centro
y llenaba de vidrios mis vacíos
hasta hacerme perder las dos orillas
atada a la cuerda del futuro
Amaba sus manos femeninas
la suavidad del mundo entre sus dedos
Me hablaba de idiomas y de símbolos
sin entender casi nada del arbusto
y la contractura del verso en las ramas
Ahora que lo pienso !Amé tanto a sus manos!
Los escollos del tiempo en sus temblores
la opresión del anillo en sus silencios
el semblante lejano sobre el libro
el témpano que alberga cuando cimbra
la lluvia sobre el cobertizo
Pretendiendo ser hartazgo cuando dijo:
Voy a separar tus labios con mis dedos
y a hurgar tus recovecos con mis uñas
para escalar tus formas más propensas
y esparcir tu aroma al infinito
Y sentir en los labios vaginales
una tromba de dedos
un suspiro de agua
un elefante líquido
Le fui infiel cuatro veces
otras tantas con masturbaciones
de esas que sólo delatan ansiedades
con imágenes que en su metáfora
resbalan de realismo
sin que esto separe del orgasmo
la persecución implícita
Se desprendió de mí como el primero
huyó del cauce y la corriente
se esfumó entre el bullicio del gentío
y no supe más de él ni de sus manos
Ahora tengo un desgate de carroña
y una sola misión por desafío
para hacerme confusa entre el silencio
y saber que al final del holocausto
sigue abierta la carne para el hambre
y cerrado el camino para el vicio
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MARINA CENTENO (Progreso, Yucatán, México). Es miembro de la Unión de Escritores de las Naciones Unidas desde junio de 2020; sus poemas han sido publicados en diversas antologías y traducidos al inglés, rumano, italiano, árabe, húngaro, portugués, francés, maya y catalán. Aparece en la Enciclopedia de la literatura en México (Fundación para las Letras Mexicanas, Secretaría de Cultura del Gobierno de México. Ha publicado diez poemarios: Quietud, Inventivas, Interiores, U páawo´il pikil t´aán (Mi bolsa de poemas), Erosión, Poemas de mar, Déci+(mas), Instantes de marea y La patria se nos volvió espejismo. Funda y dirige el colectivo poético Barco de Papel.
Excelente!!!