La editora y narradora MartE Uribe nos comparte una minificción que nos habla sobre la fragilidad de nuestros planes y la perpetua posibilidad de lo inesperado
MartE Uribe / Editora y narradora
Era un 14 de marzo, pero el año no lo tengo muy claro. Estaba en mi casa cuando tocaron la puerta y apareció una señora rara, entre bonita y macabra, de mirada aguda y manos pálidas y larguiruchas. Sin darme oportunidad de decir algo, atravesó la sala y se sentó en medio de mi sofá. Cuando iba a protestar, uno de esos dedos largos, el índice, lo llevó a su boca en señal de ¡no hables! y, acto seguido, puso la mano en el asiento de al lado, indicando que me sentara.
Su mirada y su actitud me desarmaron y, obediente, lo hice. Ella no dijo nada. Miró hacia la puerta y en ese instante entró un enano vestido de gris, que se fue directamente a un rincón a lamer las paredes; seguido de un hombre alto con traje de arlequín, de pelo verde y movimientos afeminados, que se reía de todo; y una rata enorme que me llenó de asco y terror cuando ella, la doña, la invitó a echarse a sus pies.
Quise huir, pero para mi horror, me di cuenta de que estaba paralizada. La angustia empezó a invadirme. Traté de gritar, pero ni un simple gemido salió de mi boca. Sentí el corazón como un tambor resonando en mi pecho, y mi cerebro, desbocado, buscando entender qué carajos era aquello.
Entonces, la señora macabra se volteó hacia mí y, en tono cortés, me dijo:
— Venimos por usted, mi señora.
Cuando entendí que era La Muerte, me relajé y nos fuimos.
MartE. Uribe. Editora y cuentista colombiana. Sus historias han sido publicadas en antologías bajo el sello de Índole Editores y Editorial Delgado. Finalista en el certamen de Micro relato convocado por Mundo Escritura en Madrid, España. Directora de la Editorial Delgado de la Universidad Dr. José Matías Delgado y directora de la Cámara Salvadoreña del Libro.
