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La memoria de las piedras, poemas de Marvin García

Marvin García
Fotografía original tomada del sitio Guatemalan Art.


Quien se detiene, a lo largo del camino, para preguntarse o para preguntar acerca de sus orígenes, probablemente vuelva la vista hacia atrás, o bien, cierre los ojos y, entonces, busque hacia adentro.

Afuera, las piedras, mudas y antiguas, y el volcán siempre contemplativo, dan testimonio sin palabras de algo que lo nombra parte de un conjunto. Adentro, otra memoria es la que se encarga de lanzar una multiplicidad de reflejos para que, quien busca se reconozca individuo.

En La memoria de las piedras, el libro más reciente del poeta y gestor guatemalteco, Marvin García, está esa búsqueda. La del espíritu que flota “sobre las aguas de su origen” y que, partiendo de la convicción de la inutilidad de las palabras, reflexiona acerca de la ciudad, el territorio, su esencia, su edad geológica, la extraña consanguinidad que los une y que oscila entre el cariño y la ingratitud. Hay en sus páginas mucho de invocación, de ritual y de sincretismo. Hay en la arquitectura del libro, una mezcla de estilos como la que sostiene a las ciudades mestizas que habitamos de este lado del istmo.

La memoria de las piedras fue el libro ganador de la edición número 32 del certamen de poesía “Víctor Villagrán Amaya”, el poeta y soldado quetzalteco que fue condecorado, por Charles de Gaulle, tras haber luchado como voluntario en las filas francesas durante la Segunda Guerra Mundial.

Vania Vargas/Escritora guatemalteca


Hace frío
la ciudad desaparece
entre la neblina
los niños juegan con el vapor que escapa de sus bocas
y los pájaros caen sobre la hierba
sus cuerpos se convertirán
en pequeñas piedras
que silenciosas
hablarán también
del tiempo
y el olvido



*

Hay algo debajo de la tierra
es un animal que se arrastra
y estremece todo
las montañas son niñas
que buscan la memoria del agua
alguien me dijo:
“hace muchos años
el volcán se hizo fiera
de sus fauces brotaba el corazón ardiente de la tierra
todo fue retumbos y temblores
después de eso
se secó
polvo
ceniza
piedras”
qué fuerte es imaginar la forma en que explota un volcán
es como ver a un abuelo
exigiendo atención
o como una mujer tratando
de acariciar su propia sombra



*

Soñé que la ciudad amanecía luminosa
y la profunda sensación
de abandono desaparecía
soñé a un hombre y una mujer
tomados de la mano
abrí bien mis ojos y estaba parado
frente a la puerta de una casa
que había visto antes
el sol era sofocante
como si el verano se hubiese adelantado
y entonces la ciudad ya no era una ciudad
sino un pájaro atrapado entre las ramas del pasado
esto hizo que mis ojos
escaparan del sueño
desperté




*

Intento recoger todo lo acumulado
en los rincones de la ciudad
o entre las piedras
que han visto hasta el cansancio
nuestro corto paso por esta realidad
recuerdos
pasados
voces
silencios
lo hago
con paciencia
entre la noche
busco la luz
la verdad
me busco
a


*

No veas hacia atrás porque te convertirás en sal, no voltees a ver el día en que decidas marcharte, el día en que descubras que nada de eso que abandonas es tuyo, no voltees a ver porque ni el amor ni aquello que no entiendes y buscas desesperadamente se encuentra en esa dirección, procura que tus ojos vean nada más que el camino, márchate en silencio, deja la luz apagada, la puerta con llave, no menciones ni un sólo reproche, que tus labios queden en silencio, no digas nada, aléjate
y no vuelvas.


*

Hablo con el pasado 

escucho la voz de la montaña

camino

y encuentro la memoria de las piedras

la ciudad es la acumulación 

                    de sueños y fracasos

 salgo de mí 

de esta irremediable condición humana

 de la embriaguez y el delirio 

quiero ser un pájaro

hacerme uno con el cielo




*

En mí las palabras
en mí las calles
en mí la ciudad
en mí las piedras
en mí el polvo
en mí los hombres
en mí las mujeres
en mí el árbol
en mí la milpa
en mí la muerte
-búho que aletea en la noche en mí los sueños-
en mí la angustia
en

la memoria inmediata
la memoria profunda
la memoria íntima
la memoria colectiva
la memoria dolorosa
la memoria oculta
la memoria invisible
la memoria de la tierra
la memoria del agua
la memoria del cielo
la memoria ausente
la memoria de las piedras
la memoria de la memoria
la memoria del sueño
la memoria de la muerte
la memoria viva
la
me
mo
ria



*

Llegará el tiempo en el que la ternura
habitará también
en el caos
llegará la palabra que fue dicha

y cabalgará por las calles
que abandonamos sin poner resistencia
llegará el miedo
y tendrá la figura de un pájaro

y con el miedo vendrá la muerte
y entre sus gélidas manos
traerá un puñado de tierra
que guardará dentro de nosotros

y en ese puñado sembraremos

el asombro
y la memoria
de estos días extrañamente
hermosos.




MARVIN S. GARCÍA CITALÁN (Quetzaltenango, Guatemala 1982)Poeta, editor y gestor cultural. Es director del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango y de la Asociación Metáfora. Ha publicado los libros: No somos los mismos (Catafixia Editorial), Solamente el cielo (Vueltegato Editores) y El tiempo no se vende (Editorial Casa de poesía/Editorial Universidad de Costa Rica). Sus textos han aparecido en antologías de México, Centroamérica, Colombia, Cuba, Chile, España, República Dominicana y Guatemala. Ha participado en varios festivales y encuentros de poesía en América Latina. Escribe columnas de opinión para medios de Quetzaltenango y Guatemala.

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