Madre, emprendedora, ama de casa, esposa, profesional y la lista seguiría hasta no acabar, si nuestra intención fuera describir lo que significa ser una mujer en la actualidad. Las mujeres son todo y mil cosas a la vez, ¿cómo reconocer su papel en el mundo de hoy?
Ender Gamero | Egresado de Comunicaciones, podcaster e instructor universitario
En la literatura distintos autores han buscado sinónimos literarios que evoquen delicadeza, fragilidad y belleza para referirse a una mujer. La publicidad la expone como un símbolo que atrae al sexo opuesto o que refleja un alto nivel de vanidad; sin embargo, nadie la proyecta como lo que realmente es: todo y mil cosas a la vez.
Madre, emprendedora, ama de casa, esposa, profesional y la lista seguiría hasta no acabar, si nuestra intención fuera describir lo que significa ser una mujer en la actualidad. Todo esto sin contar con el temple que deben expresar en cada faceta de su vida para demostrar que son capaces de brillar con luz propia.
Si bien el sexo es una notable diferencia biológica, no es una variable que incida entre lo que puede o no hacer un hombre y una mujer, si de probar habilidades se trata.
Hay diversos factores que han promovido conductas que dejan en evidencia la vulnerabilidad de las mujeres en la sociedad. Uno de ellos es la religión, que incluso en libros considerados sagrados colocan a la mujer como la causa de los problemas y como alguien a quien se debe resguardar, porque es el instrumento de reproducción humana.
Si bien, ahora la religión no considera a las mujeres solo como una maquina de hacer humanos, la sigue promoviendo como la abnegada, la que debe cuidar de sus hijos y la que debe tener al menos un heredero, si no, no es una «mujer completa».
Lo anterior es un detalle entre los cientos de cosas que, supuestamente, debe hacer la mujer dentro de su familia. Por otro lado, al hablar del sexo femenino debemos recordar que muchas libertades y derechos fundamentales como lo es el sufragio no han sido un regalo para ellas, si no el producto de una lucha constante por demostrar que el tamaño del cerebro entre hombres y mujeres NO existe.
En la actualidad, aún persiste la lucha entre sexos demostrando que son capaces de llevar a cabo un trabajo sin importar lo que tengan entre las piernas, sino lo que guardan en su cerebro. Sin embargo, la mayoría de batallas que les falta por librar a las mujeres, ahora residen en ellas mismas.
Un día una amiga se acerca a mí, para pedirme un consejo y me dice: «No sé qué voy hacer cuando me deje mi novio, debido a que no estoy preparada para estar sola después de tantos años que hemos pasado juntos». Yo la observé lentamente y le dije: «Siento que no tienes miedo a estar sola, sino a tomar tus propias decisiones».
Suele pasar que muchas mujeres disfrutan de la protección de un hombre, aunque por ello deban pagar con sumisión, y se acostumbran a no actuar debido a que tienen a alguien que las representa y vela por su bienestar, desafortunadamente eso las convierte en personas con una voz muy débil.
Aún falta trabajo para abolir el machismo, y aunque cueste aceptarlo muchas mujeres han contribuido a que este fenómeno persista en las nuevas generaciones. El simple hecho de dejar que el niño se quede viendo la televisión y la niña recoja los platos y los lleve al lavadero, es un detalle que muestra una gran desigualdad dentro de casa que irá perdurando en el tiempo, si no se hace nada al respecto.
Finalmente, hay muchos logros que celebrar y batallas que aún faltan por librar, lo bueno de todo es que la lucha ya no es exclusiva de mujeres, ahora también hay muchos hombres que, motivados por sus madres, esposas o hijas, quieren una sociedad con igualdad de condiciones, y, por qué no, un ejemplo para las nuevas generaciones.