Nole, el paria

Novak Djokovic

El Gobierno australiano le retiró la visa y retuvo a Novak Djokovic, ‘Nole’ como le llama la prensa deportiva, número 1 del tenis mundial y activista antivacunas, por incumplir medidas sanitarias en pandemia. El caso copó la agenda deportiva mundial, pero…«los temas [migratorios] de fondo pueden quedar en un segundo plano, debajo de la alfombra», escribe Memo Acuña


Memo Acuña | Sociólogo y escritor costarricense


Enfundado en su chaqueta de algún caro patrocinador, apoyado desde afuera por sus preocupados y exhultantes padres y por una fanaticada «nole-lover» que se tomó las calles de la capital de Serbia para exigir su liberación, Novak, Nole (como le llama la prensa deportiva de los medios transnacionales que le siguen durante toda la temporada tenística) montó su propia agenda contra las leyes migratorias en tiempos de excepcionalidad. 

Ante cientos de periodistas de varios medios de comunicación mundiales, sus padres denunciaron las condiciones deplorables del lugar en que «tuvieron retenido al tenista», compartido con otras personas en condición de irregularidad migratoria a su arribo a Australia.  

Precisamente eso es lo que presentó el tenista: una condición migratoria irregular, condición suficiente para que le fuera negada su visa de entrada al país océanico, donde pretendía ingresar para formar parte del primer torneo Grand Slam del año, el Abierto de Australia. 

La decisión de las autoridades de aquel país se produce ante su poca claridad respecto a la vacunación contra el COVID y su renuencia a someterse a la normativa. Esto es: montar una agenda propia, desconocer la contingencia, usar el privilegio como escudo de combate. 

Esta actitud, tan propia de un sector de población global que no sabe qué aún al día de hoy el planeta se tranza con una nueva ola más agresiva en la rapidez de los contagios propiciada por la variante Omicron, acabó por encerrar al deportista en un albergue migratorio a la espera de una resolución a su estatus legal. 

Por ello la preocupación de sus padres aunque es inaudito que no supieran que a estas horas en todos los países del mundo los albergues migratorios distan mucho de ser lugares hospitalarios y paradisiacos, placenteros y atractivos. 

Al momento de escribirse esta columna, un juez ordenó la «liberación» de Djokovic, al mismo tiempo que las autoridades migratorias australianas, por segunda ocasión, le negaron la visa por las razones ya esgrimidas. Esta vez le agregaron motivos de «interés público» a su decisión.  

El número uno del mundo, acostumbrado a erráticos performance de conducta en cancha y fuera de ella, se convirtió en un migrante irregular más, un «expulsado» al decir de Saskia Sassen, un paria del sistema. 

Cuando la comunicación global elabora productos y los vende, los temas de fondo pueden quedar en un segundo plano, debajo de la alfombra. Las luces y los reflectores a los que tuvo acceso el entorno del tenista para denunciar su situación y las condiciones deplorables en la que se encontraba en compañía de otras personas en un hotel-albergue, no las tienen cientos de miles de migrantes que hoy tratarán de cruzar fronteras, marcados por el accionar de una industria migratoria inhumana y de políticas claramente castigadoras hacia estas personas. 

Nos preguntamos entonces por los otros parias. Por los 52 migrantes fallecidos al volcar un camión en el sur de México al iniciar diciembre anterior o las más de 100 personas fallecidas durante 2021 intentando cruzar la frontera entre aquel país y Estados Unidos. Para ellos, el tratamiento mediático ha sido claramente diferente que al tenista, aderezado con las percepciones públicas que cuestionan desde un racismo y xenofobia exacerbados su proyecto migratorio. 

Al cerrarse la puerta de entrada a Australia por segunda vez, Nole, el paria de élite, regresará a casa. No lo hará esposado. Su equipo de apoyo, su familia, lo acompañarán en un viaje «insufrible» a bordo de un avión de lujo, en primera clase y con todas las comodidades.  

¿Saben los otros parias que existe una vida así, que si son deportados los invitarán en primera clase de cualquier vuelo comercial, vino y canapés incluidos?  

¿Saben los otros parias que existe vida después de la migración? 
 


MEMO ACUÑA (Costa Rica, 1969). Sociólogo y escritor costarricense con posgrado en Comunicación Social. En la actualidad prepara su tesis de doctorado en Ciencias Sociales, UNA, Costa Rica. Fue profesor investigador de FLACSO Sede Académica Costa Rica (2005-2011) y tuvo a su cargo la Dirección del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional (2012-2017). Como escritor ha sido invitado a varios Festivales Internacionales y encuentros de literatura y poesía a nivel latinoamericano. Ha organizado eventos literarios relacionados con la migración, tales como encuentros, lecturas y talleres, a nivel centroamericano. Acompaña un espacio de escritura creativa denominado Taller del Sur, en la Universidad Nacional, Costa Rica. Ha publicado ocho poemarios en Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala, un libro de cuentos (Costa Rica) y uno de ensayos titulado Déjennos pasar. Migraciones y trashumancias en la región centroamericana (Editorial Amargord, España, 2019). Por esta última publicación obtuvo en Costa Rica el Premio Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría en la rama de Ensayo, 2020.

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