Palabras de piedra y fuego: Intercambio epistolar entre Pedro Geoffroy Rivas y Maximiliano Hernández Martínez

En exclusiva para El Escarabajo compartimos parte de la investigación realizada por Bilal Portillo en relación al intercambio epistolar entre Maximiliano Hernández Martínez y el escritor santaneco Pedro Geoffroy Rivas, en dichas cartas se abordan temas políticos y sociales, lo que nos permite entender las dinámicas que buscaba mantener el mandatario con un pequeño círculo intelectuales en el extranjero

Bilal Portillo / gestor cultural, articulista y ensayista


«Pueblo, sobre tu siembra va desfilando el tiempo»
Ricardo Bogrand

El siguiente es un pequeño intercambio epistolar entre dos de las figuras más relevantes de la historia política y cultural del país. Por un lado, el eminente escritor santaneco Pedro Geoffroy Rivas (1908-1979) de cuna privilegiada económicamente, poeta, jurista, lingüista y antropólogo, autor de libros célebres como Los nietos del jaguar y Vida, pasión y muerte del anti-hombre, tuvo además un destacado rol como guía y tutor de algunos de los jóvenes escritores de la llamada Generación Comprometida, de quienes se distanciaría algunos años después. Políticamente, Geoffroy Rivas durante sus años de exilio en México se vinculó con las doctrinas marxistas. En el otro lado de la vereda está el soldado-ilustrado, Maximiliano Hernández Martínez (1882-1966), figura polémica y uno de los villanos predilectos de gran parte de la sociedad salvadoreña, responsable de la matanza de miles de personas en Izalco en 1932. Pese a ello, no se puede negar su perfil de hombre de cultura: antes de su arribo al poder en 1931, fue miembro de la élite cultural nacional, articulista, conferencista, docente militar, además fue divulgador de las doctrinas teosóficas en el país. Ya en sus días como gobernante[1] promovió algunas políticas indigenistas y supo rodearse de un círculo de importantes escritores entre los que sobresalen Salarrué, Miguel Ángel Espino y Claudia Lars (todas figuras canónicas de las letras salvadoreñas), asimismo gozó del apoyo de otros intelectuales, especialmente de los integrantes del Grupo Masferrer[2]. En el campo político, logró hacerse con el respaldo firme de La Asamblea Legislativa y de la Fuerza Armada. Estos dos personajes se cartearon con cierta frecuencia, nosotros tuvimos acceso a tres de esas poco conocidas misivas que datan del año 1944 (entre enero y mayo), conservadas hasta el día de hoy por el archivo del Museo de la Imagen y la Palabra, es de hacer notar que el eje temático de estas cartas es de tipo político y social. Estos escritos, a pesar de su brevedad, son una ventana que nos deja ver un fragmento de la dinámica que se producía entre personas de relevancia política, cultural y social de la primera mitad del siglo XX en El Salvador. Así pues, transcribimos aquí las tres cartas entre el bravo poeta oriundo de Santa Ana y el gobernante teósofo.



CARTA 1 (mecanografiada)

Fecha: 5/1/1944

Número de páginas conservadas: 1

Remitente: Maximiliano Hernández Martínez

Destinatario: Pedro Geoffroy Rivas

En esta comunicación, Hernandéz Martínez trata de esclarecerle ciertas dudas al escritor en torno a asuntos de orden económico, el gobernante agradece la intención del mensaje y le dice a Rivas que junto con la misma anexa un memorándum y un ejemplar de la Revista del Banco Central de Reserva, con datos estadísticos acerca del desarrollo económico del país, prometiéndole que con dichas cifras «podrá apreciar mejor lo que hasta hoy se ha hecho por el adelanto económico social y cultural de nuestro país». Esta carta nos deja saber otros puntos importantes:  primero que hubo otros intercambios epistolares durante 1943, segundo que Geoffroy Rivas no habla solo por él, sino que aparentemente representa a un grupo de juristas salvadoreños radicados en México.  La redacción revela un lenguaje prudente y protocolario, con frases de cajón como «distinguido licenciado» o «seguro servidor», muy comunes en el lenguaje diplomático de la época.




TRANSCRIPCIÓN

San Salvador, 5 de enero de 1944.

            Señor Lic. Pedro Geoffroy Rivas,

Calzada de Tacubaya 11,

México, D.F.

            Distinguido señor Licenciado:

            Me fue placentero recibir su apreciable carta fechada el 12 de diciembre último, en la que usted, cumpliendo el encargo de un grupo de jóvenes abogados salvadoreños residentes en esa ciudad, hace de mi conocimiento los puntos de vista respecto a la actual situación de nuestro país y las soluciones que a su entender podrían darse a los principales problemas creados por anormales circunstancias porque atraviesa el mundo en la actualidad.

Al leer con detenimiento y atención su apreciable citada, me es satisfactorio expresar ante todo a usted y por su digno medio a los demás estimables abogados compatriotas residentes en ésa, mis cumplidos agradecimientos por la espontánea y desinteresada ayuda que me ofrecen – y que aprecio en lo que vale – para la solución de importantes problemas que contempla el país.

Contestando algunos puntos de vista de que trata su apreciable carta, me es grato enviarle adjunta copia del Memorandum que contiene datos estadísticos del desarrollo de la vida económica  y social de El Salvador, tomados algunos de esos datos de la Revista del Banco Central de Reserva correspondiente al mes de noviembre último y de la cual le remito también un ejemplar para comprobar las cifras que aparecen insertas en el Memorandum en cuestión, en la creencia de que por dichos anexos podrá apreciar mejor lo que hasta hoy se ha hecho por el adelanto económico social y cultural de nuestro país.

Aprovecho la oportunidad para saludar afectuosamente a usted y demás abogados compatriotas residentes allí, y para suscribirme con toda consideración su muy atento y seguro servidor[3],




CARTA 2 (mecanografiada)

Fecha: 8/3/1944

Número de páginas conservadas: 1

Remitente: Pedro Geoffroy Rivas

Destinatario: Maximiliano Hernández Martínez

En esta misiva, Pedro Geoffroy Rivas le agradece a Martínez ciertas consideraciones que este tuvo para con su esposa en una visita a El Salvador, además le pide disculpas por ciertos errores a los que él mismo ha dado lugar y le dice «es base de cometer errores que evolucionan los hombres y creo que en reconocerlos y tratar de corregirlos está su propia superación». El poeta hace saber que se anexa un documento con algunas propuestas, además señala la necesidad de crear una comisión especial, integrada por técnicos capacitados para resolver los problemas del país, «nosotros pensamos que es imprescindible que se integre en El Salvador una Comisión de Estudios, formada por técnicos debidamente preparados, pues los problemas a que el país hace frente y los venideros, que sin duda serán más graves, necesitan soluciones estrictamente científicas». El contenido está redactado con palabras que emanan un cierto aroma conciliador, lamentablemente solo se conserva un folio (la carta evidentemente es más extensa).


TRANSCRIPCIÓN

México, D.F., marzo 8 de 1944.

            Señor General

            Maximiliano H. Martínez

            San Salvador

            El Salvador

Muy estimado señor General:

Desde hace varios días estoy con el deseo de escribirle y hasta hoy puedo tener el gusto de hacerlo, pues el mal estado de mi salud no me había permitido escribirle antes.

Quiero ante todo agradecerle las atenciones que se sirvió dispensar a mi esposa durante su permanencia en El Salvador y rogarle perdonar su insistencia, ocasionada por su deseo de estar cerca de nuestros familiares y educar a nuestros hijos como salvadoreños. Soy el primero en comprender que tales cosas no pueden resolverse en forma violenta y que hay serios obstáculos para su realización, a los cuales yo mismo he dado lugar y de los que no tengo razón alguna para quejarme. Sin embargo, como usted comprende, es base de cometer errores que evolucionan los hombres y creo que en reconocerlos y tratar de corregirlos está su propia superación.

Me permito acompañarle un memorandum en el que hemos querido fijar nuestra opinión respecto a los principales problemas del país y las soluciones que consideramos adecuadas a los mismos. Reconocemos que no hemos podido sino esbozar dichos problemas a grandes rasgos y apuntar los estudios necesarios para solucionarlos. La falta de datos concretos nos imposibilita para hacer algo más detallado y la fijación práctica de las soluciones implicaría estudios de cuidado y muy minuciosos que tampoco podemos hacer aquí. Rogámosle, en consecuencia, ver en dicho trabajo nuestra mejor voluntad de salvadoreños para colaborar al engrandecimiento de nuestra patria.

Nosotros pensamos que es imprescindible que se integre en El Salvador una Comisión de Estudios, formada por técnicos debidamente preparados, pues los problemas a que el país hace frente y los venideros, que sin duda serán más graves, necesitarán soluciones estrictamente científicas, siendo ya imposible solucionarlos por simples procedimientos de carácter político.

En el memorandum no hemos querido hacer hincapié en algunos puntos que consideramos particularmente graves para dejar a usted en libertad de hacer uso de él en la forma que crea conveniente. Pero sí deseamos indicarle dichos puntos y ese es el objeto principal de esta carta.

Comprendemos que en la posición de usted como Jefe del Ejecutivo, le es imposible intervenir en todas las cuestiones que hay que resolver y que muchas de ellas debe confiarlas a sus colaboradores, así como el hecho de que le es a usted indispensable atenerse a los informes que los mismos le proporcionan respecto a las…[4]  


CARTA 3 (mecanografiada)

Fecha: 3/5/1944

Número de páginas conservadas: 2

Remitente: Maximiliano Hernández Martínez

Destinatario: Pedro Geoffroy Rivas

De las cartas resguardadas en el archivo del museo antes referido, esta es la más extensa y la de contenido más grave, pues hace referencia a una sublevación en su contra[5] y le hace un recuento de los ajusticiados. Hernández Martínez aprovecha para defenderse ante ciertas noticias que considera maliciosas «En esta capital usted se convencerá que no se han efectuado fusilamientos de soldados, obreros y campesinos, como se dice, maliciosamente en noticias propaladas en el extranjero». De igual manera Martínez le asegura al escritor que la nación se encuentra en calma y le reitera sus deseos de que haga una visita al país para que compruebe en persona lo antes dicho. Por la cercanía del triunfo de la Huelga general de brazos caídos, posiblemente sea esta una de las últimas cartas escritas por Maximiliano Martínez como gobernante del país.



TRANSCRIPCIÓN

San Salvador, 3 de mayo de 1944

                        Señor doctor don Pedro Geoffroy Rivas,

                        c/o. Embajada de El Salvador,

                        Calle de Lerma, 94,

                        Departamento 2,

                        MÉXICO, D.F.

Señor doctor:

Me dirijo a usted, para hacer de su conocimiento que el señor Encargado de Negocios de El Salvador en ésa, tiene instrucciones de visar su pasaporte, para que pueda regresar al país, cuando usted lo estime conveniente, y darse cuenta exacta de todos los sucesos ocurridos a raíz del movimiento subversivo de principios del mes de abril anterior; prometiéndole, desde luego, darle todas las facilidades que usted estime conveniente, para la comprobación de los mismos.

En esta capital, usted se convencerá que no se han efectuado fusilamientos de soldados, obreros y campesinos, como se dice maliciosamente, en noticias propaladas en el extranjero, y que, las víctimas civiles de estos aciagos sucesos, caídas en las calles de la capital, son, más o menos, cien personas, de las cuales fallecieron cuarenta y ocho; y las militares, tanto de esta ciudad, como de San Andrés, ascendieron a diecinueve muertos y sesenta heridos. Represalias no se han tomado contra ninguna persona y únicamente los cabecillas de este levantamiento han sido juzgados de conformidad a la ley y sentenciados por un Consejo de Guerra Extraordinario, una vez que estuvo completamente depurado el informativo correspondiente.

El país está en completa calma, dedicado a sus labores habituales, y usted comprobará que muchas personas que allí se dice han sido fusiladas o que están guardando prisión, se hallan perfectamente y en completa libertad.

Ojalá pueda usted realizar su viaje, después de varios años de ausencia, y así darse cuenta, personalmente, de la realidad nacional.

Soy de usted, atentamente, afectísimo servidor[6],



CARTAS

-Hernández Martínez, Maximiliano. Carta (mecanografiada) a Pedro Geoffroy Rivas, 5 de enero de 1944. Museo de la Imagen y la Palabra. Sub fondo: Pedro Geoffroy Rivas, Sv/mupi/A/A1/4/4.2 F1.01

– Geoffroy Rivas, Pedro. Carta (mecanografiada) a Maximiliano Hernández Martínez, 3 de marzo de 1944. Museo de la Imagen y la Palabra, Sub fondo: Pedro Geoffroy Rivas, Sv/mupi/A/A1/4/4.2 F1.02

-Hernández Martínez, Maximiliano. Carta (mecanografiada) a Pedro Geoffroy Rivas, 5 de enero de 1944. Museo de la Imagen y la Palabra. Sub fondo: Pedro Geoffroy Rivas, Sv/mupi/A/A1/4/4.2 F1.03



Referencias

[1] Instauró mediante un golpe de Estado en 1931, un régimen militar de trece años (1931-1944), finalmente derrocado gracias al esfuerzo conjunto de la sociedad salvadoreña en 1944 con la Huelga general de brazos caídos.

[2] Una red de intelectuales importantes, que promotora de iniciativas sociales y literarias. Fundada en 1933, entre sus miembros destacan Amparo Casamalhuapa, Sarbelio Navarrete, María de Baratta y Serafín Quiteño. Esta entidad funcionó como mediadora entre el gobierno de Martínez y la sociedad. 

[3] Maximiliano Hernández Martínez, carta (mecanografiada) a Pedro Geoffroy Rivas, 5 de enero de 1944. Museo de la Imagen y la Palabra. Sub fondo: Pedro Geoffroy Rivas, Sv/mupi/A/A1/4/4.2 F1.01

[4] Pedro Geoffroy Rivas, carta (mecanografiada) a Maximiliano Hernández Martínez, 3 de marzo de 1944. Museo de la Imagen y la Palabra. Sub fondo: Pedro Geoffroy Rivas, Sv/mupi/A/A1/4/4.2 F1.02

[5] Este levantamiento tuvo lugar en abril de 1944. En él, algunos militares y civiles decidieron rebelarse contra el régimen de Martínez, este movimiento es el precedente inmediato de la Huelga general de brazos caídos, la cual triunfa definitivamente el 9 de mayo de 1944.

[6] Maximiliano Hernández Martínez, carta (mecanografiada) a Pedro Geoffroy Rivas, 5 de enero de 1944. Museo de la Imagen y la Palabra. Sub fondo: Pedro Geoffroy Rivas, Sv/mupi/A/A1/4/4.2 F1.03



BIBLIOGRAFÍA

-Castro Morán, Mariano. Función política del Ejército Salvadoreño en el presente siglo. UCA Editores: San Salvador, 1984.

-Gallegos Valdés, Luis. Panorama de la literatura salvadoreña. UCA Editores: San Salvador, cuarta edición, 1996.

-Lara Martínez, Rafael. Política de la cultura del martinato. Editorial Universidad Don Bosco: San Salvador, 2011.

-Mejía Burgos, Otto. Aliados con Martínez. UCA Editores: San Salvador, 2015.



Luis Portillo, también conocido como Bilal Portillo, es gestor cultural, articulista y ensayista. Fundador y director de la Asociación Cultural Islámica Shiita de El Salvador, editor de la Revista Biblioteca Islámica (primera revista de estudios islámicos de Centroamérica). Sus artículos y ensayos han sido publicados en suplementos culturales, revistas y periódicos (físicos y digitales) de El Salvador, Nicaragua, Irán, España y Argentina. Entre sus distinciones están: el Premio Nacional de Ensayo “Matilde Elena López” en dos ocasiones (2022-2023), asimismo ha recibido dos veces (2006 y 2014) la beca de fomento cultural por parte de la Universidad Internacional Al-Mustafa de Irán. Ha publicado los libros Gavidia y el Oriente y Alberto Masferrer, catador de lo místico.

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