Víctor Patiño, con un sentido particular de lo poético en lo cotidiano y los vínculos afectivos, nos presenta parte de su poesía inédita
Víctor Rodolfo Patiño / Poeta, médico y biólogo
El Concubino
Nunca tuve vocación de concubino,
vaya, ni de poeta.
Llegado a los amores como a las palabras:
por error de apreciación y falta de voluntarios.
Oficios primitivos y simples
que desconcertaban a la amable audiencia.
Pero nunca hubo audiencia.
Comercio solitario las palabras, el amor.
Solo papel. Solo sábana.
Solo constelaciones. Solo escozor de pecho.
Espuma. Espuma.
Calendario Litúrgico i
(14 de febrero)
Han salido los amantes a defecar,
como sangre ceremonial,
sus palabras sobre el viejo dios de la cópula.
Yo me he reído sobre las ascuas de un pasado incendio
y he recordado sanguijuelas al verlos pasar
vestidos para la muerte en discretas filas ovinas.
No hay cueva ni pedernal, hangar ni mito
que reciba semejante procesión de infortunios minúsculos.
Cada amante diurno trae una estatuilla renga
que talla a la altura de su hambre,
y practica la corta duración de los atuendos,
la predicha escapatoria del olvido y la farmacia.
Vienen como llamando un mar sin vida,
como arrastrando un quejido de celofán quemado.
Han salido los amantes a defecar,
como sangre ceremonial,
sus palabras sobre el viejo dios de la cópula.
Calendario Litúrgico iii
(Día de la independencia)
Esta patria tanto encarama
sus esdrújulos fundadores,
técnocratas, mártires, próceres;
tanto amontona sus grandes hombres
sobre el lomo partido de estos volcanes
que ya ni Góngora,
que ya ni los poetas de la dinastía Ming,
que ya ni las mejores mentes
de la mercadotecnia audiovisual.
Esta estatua de parir uniformes,
galera de honores
e imprentas de registros fiscales,
¿quién vive aquí?
¿quién vive aquí que pueda cantarla?
¿quién vive aquí que quiera cantarla?
Sin embargo, cómo nos brillan los ojos
cuando porfiados soñamos
los días de liberación.
Calendario Litúrgico iv
(Día Internacional de las Familias)
Quemar la ropa
es un acto de violenta deferencia
hacia los vecinos.
Los gritos y las vajillas -es cosa sabida-
interrumpen el curso silencioso de la luna:
el fuego consume con educado sigilo:
una guitarra en llamas es muda.
Sólo cruje la tinta con mercurio
de las cartas de amor.
Dios tarda pero no olvida
(1932, bien entendido)
«Los informes “secretos” de los propios comunistas salvadoreños a su casa matriz, el Buró del Partido Comunista de la Unión Soviética, es totalmente diferente a la que cuentan sus líderes y escritores de izquierda. Con esta información, de ellos mismos, habrá que reescribir la historia de la masacre campesina de 1932.»
Claudio M. de Rosa.
Desde una perspectiva demográfica,
fue una acto de contención
ante la mala costumbre de los pobres de fecundarse.
Desde una perspectiva alimentaria,
la aplicación militar
del sabio principio dietético «un indio menos, una tortilla más».
Desde la Salud Pública
representó una disminución considerable
en los índices de desnutrición y parasitismo.
Desde el punto de vista político,
la depuración casi voluntaria del padrón electoral.
Desde la aritmética simple,
30,000.
Desde la duda metódica,
sospechamos del reloj o la memoria divina,
pero nosotros no olvidamos.

Víctor Rodolfo Patiño. (Pasaquina, 1981). Médico y Biólogo Marino. Miembro fundador del Círculo de la Rosa Negra. Editorialista de la revista cultural El Caracol. Es acuicultor, bioestadistísco, y aficionado a hablar de sí mismo en tercera persona. Actualmente reside en Australia y es parte del colectivo El Totoposte.