Origami

Javier Fuentes Vargas (El Salvador, 2000) nos comparte una selección de poemas de su libro Origami, poemario ganador de la Mención Honorífica del XIII Certamen Literario Ipso Facto 2023, promovido por Editorial EquiZZero

Javier Fuentes Vargas / Poeta, narrador y estudiante de Antropología Sociocultural en la Universidad de El Salvador.

Primera parte: Origami

Encuentro un ave en el papel y busco
desesperadamente un nido para que
no eche a volar

Tejo, lejos del frío que se apodera de las ramas,
una especie que se levanta desde las canciones
con su propio instrumento hecho para el amanecer.

Porque los pájaros que no anidan
para enternecer los bosques,
el tendido eléctrico
o los tejados,
serán una pálida fragilidad
que se deshace con la lluvia.

Pensar en vos es como oler
una rosa de papel

“Las rosas de papel son, en verdad,
demasiado encendidas para el pecho”.
Jaime Gil de Biedma

Pienso, con la cordura al borde de la espina,
la blanca resequedad de los pétalos
anudados con mis manos
al botón de tu nombre.

Mis manos, cansadas de buscarte
entre el papel,
entre la línea
y el ángulo.
Cansadas del límite de la hoja en la que no estás,
empuñaron un olvido igual de frágil.

Pensar en vos es como oler una rosa de papel,
como imitar al espejo: una transacción absurda.
El recuerdo también
busca su figura en las manos de quien extraña

Cultivo poemas del tamaño de un bonsái

I
Cuando paso a su lado
tiembla, sacude las hojas
para no convertirse en ceniza,
entrega su diminuto ajenjo
a los pájaros que se extrañan
con el tamaño de la sombra
a la que llegaron.

II
Concede los milagros ocultos
en la estatura del bosque:
no cobija en su tamaño
el misterio de los pájaros
que hacen sus nidos en las alturas.

III
A pesar que
hay que cuidarlo toda su vida
con la misma ternura que a un hijo, el bonsái-poema
elige ser domesticado
por las manos
con la fuerza suficiente
para amansar una fiera.

IV
El bonsái, triste madera inútil,
no entiende la razón
que lo obliga a no anidar en su pecho
una hoja de papel
que luego se convertiría
en una figura para hacer reír a los niños.

V
Aunque, en la mitología de los despatriados,
se les conozca como un árbol condenado
al cautiverio del jardín, el bonsái, orgulloso de sus prolijas ondulaciones,
se propone ser el más bello espécimen
para el deleite de la crueldad.

VI
Los perros no ocultarán bajo su sombra
el hueso: recompensa a su antinatural humanidad.

VII
Cuando muere un bonsái
nace un ataúd
del tamaño de un recién nacido.

Segunda parte: Mapas

IV
De tu cadáver recojo flores,
porque algo de jardín tenía tu nombre,
cuando lo pronunciaba presuroso
en el pasillo interminable de la casa,
que nos vio jugar con los umbrales de las puertas
a hacer y deshacer caminos.

V
He recorrido un continente a pie
para llegar hasta el final de tu nombre,
conocer el olvido
y recostarme sobre la franja de cenizas
que me prometieron por tu cuerpo.

VI
Me llevó mucho tiempo
entender que los jardines
no son espacios para cuidar
de las flores.

Son vidrieras que exhiben
los colores hermosos
que mis manos sembraron
para pedir perdón.

VII
El perdón es una geografía accidentada
donde los cartógrafos no han reconocido el corazón,
ni la posición de la hiel sobre los territorios de la culpa.

La culpa es una araña que nos acecha,
dice nuestros nombres desde la noche
y teje sobre los ojos de los niños
escenas que no somos capaces
de traducir con las manos.

X
No tengo casa
ni abrazo.

Decidí que los confines de la tinta
abrirían los mares que ahora me ahogan,
pero la tinta no es mía,
la asfixia tampoco.

Me iré debiendo la muerte.
Ojalá alguien pueda pagarla
sin dejar la suya como garantía.

XIII
He anotado en tu mandíbula
el rojo devenir de la muerte:
un beso siempre debe empezar
con el anuncio de lo inevitable.

Tercera parte: Testimonio

*
Por todas partes
la lluvia distribuye
su testimonio:
pájaros que abrazados
enfrentaron el frío.

*
Del otro lado
de la colina yacen
los huesos quietos
de un perro que extraño
como si fuera mi hijo.

*
Las hojas secas
desfilan sus colores
sobre hormigas.

*
Anoche supe
que este verano viene
sin mi presencia.

Javier Fuentes Vargas
(Santa Ana, El Salvador, 7 de diciembre del 2000) Poeta y narrador. Estudiante de Antropología Sociocultural en la Universidad de El Salvador. Ha publicado los libros de poesía: Vaho (FlowerSong Press, Estados Unidos); Desterrarse (Sión Editorial, Guatemala) y Origami (Editorial Equizzero, El Salvador).  Las plaquettes de poesía: La muerte llegará (Artesanos & Editores, El Salvador); Un lugar donde espero no morir sin conocer el odio (Incendio Plaquettes, Guatemala) y Para hacer tropezar a las hormigas (Proyecto Editorial La Chifurnia, Honduras). Además de la plaquette de microrrelatos: Mal Cuerpo (Proyecto Editorial La Chifurnia, Honduras). Poemas suyos han sido traducidos al inglés, esloveno y rumano. Ha participado en diferentes eventos y lecturas a nivel nacional e internacional. Su poesía ha sido publicada en diferentes revistas impresas y digitales de Latinoamérica, España, Eslovenia y Rumania. Así mismo en diversas antologías. Con su libro “Origami” obtuvo el accésit del XIII Premio Centroamericano Ipso Facto de poesía 2023.

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