El escritor y gestor cultural mexicano Manuel Alejandro Ceballos nos habla un poco sobre sus inicios en el mundo de la gestión cultural y editorial, así como sus principales apuestas en la región centroamericana
Ricardo Hernández Pereira / Narrador y docente
Manuel Alejandro Ceballos (Director de la revista centroamericana de literatura “Ars Poética 1970”.
Manuel Alejandro nació en Toluca, México y es escritor y promotor cultural. Estudió en la Universidad de Guadalajara. En la actualidad, es director del proyecto editorial Literatelia y de las revistas de divulgación literaria Galerías del Alma, Radio Pavana, Ars poética 1970, y Gaceta literaria de la Terrible Presencia, así como del Festival Internacional de Poesía México. También es autor del poemario Réquiem colectivo (Don Juan de Amiel, Perú, 2018), de Ciudad de primavera (Literatelia, México, 2019), Temporada de Aves (Incendio Plaquettes, Guatemala, 2021), En la oscuridad del tálamo (Convergencia, Bolivia, 2023), Cosmogonía de un cuerpo pre-mortem (Malpaso, Honduras, 2024) y Desrealización: morfología del recuerdo (Conunhueno, Chile, 2024).
Revista El Escarabajo tuvo la oportunidad de conversar con él sobre sus iniciativas en Centroamérica y sus valoraciones literarias de lo que se publica en esta región.
Manuel, ¿cómo te involucraste en el trabajo de gestor cultural, en especial en uno tan intenso afuera de tu país?
Siempre sentí que tenía esa responsabilidad; creo que no fue una casualidad. Mi primer acercamiento ocurrió en 2013, cuando escribía en paredes al estilo de Acción Poética. Ese proceso me llevó a realizar gestiones y otras actividades vinculadas con distintas expresiones artísticas.
Y en todo esto, ¿qué buscás en la literatura y qué encontrás al final del día?
La trascendencia es mi objetivo principal. Lo que descubro siempre resulta una revelación. Es un aprendizaje, por así decirlo.
Pero como mexicano que sos, no dejo de preguntarme, ¿qué te motivó a crear una revista y difundirla por casi toda Centroamérica? ¿Cómo nació esta idea? ¿Por qué esta región?
En 2019, conversé con algunos amigos que conocí en el Festival Internacional de Poesía Amada Libertad, en El Salvador, sobre la idea de una revista literaria. Noté que no existía una publicación con distribución física en los seis países hispanohablantes de la región. Entonces, eso me pareció un desafío importante, considerando la magnitud del proyecto, las dificultades económicas y la responsabilidad histórica que implicaba. Por eso Ars Poética 1970 es una revista trascendental por su complejidad y alcance. No ha existido hasta donde hemos investigado, una iniciativa similar en la historia literaria de Centroamérica. Ese reto, con el tiempo, se convirtió en mi principal motivación.
¿Y a qué se debe el nombre de la revista?
El nombre proviene del poema Ars Poética 1970, de Roque Dalton, que me impactó profundamente al leerlo. Además, me parecía un título que resonaría con fuerza. En México, uno de los autores centroamericanos más referenciados es el salvadoreño Dalton, y la idea de la revista surgió precisamente en su país.
Tenés años de venir a Centroamérica, conocés a muchos escritores y proyectos culturales que tienen algún tiempo de haber comenzado, ¿cuál es tu valoración sobre el panorama cultural en la región?
Considero que es una mezcla fascinante de historia y comunidad. Fíjate: en la mayoría de los países centroamericanos, excepto Panamá (donde el imaginario colectivo asocia el país con el Canal de Panamá), la identidad nacional suele relacionarse con su gente y sus luchas sociales. Esto se refleja en buena parte de la literatura regional y fortalece culturas que comparten raíces. Por eso admiro mucho las iniciativas editoriales, especialmente las independientes, que con dificultades se encargan de apostar por nuevas voces. Ese esfuerzo les otorga un valor especial, pues representan una voz que persiste, que no se detiene y hay que apoyarlas.
¿Qué desafíos ha enfrentado Ars Poética 1970 desde su nacimiento?
Los mayores desafíos han sido la distribución, divulgación y promoción de la revista. Además, enfrentamos dificultades económicas, pues la publicación se imprime en Toluca y debe trasladarse a Centroamérica. Eso es algo trabajoso. Y aquí me ves.
¿Y nunca se han topado con algún obstáculo que los haya obligado a reinventarse?
Sí, el aspecto económico ha sido determinante. En sus inicios, la revista se publicaba cuatrimestral; luego pasó a ser semestral y ahora se ha decidido que será anual. Esto responde a los altos costos logísticos. Para garantizar su continuidad, era necesario replantear su periodicidad y asegurar que la publicación siguiera siendo un referente literario, un material que llegara a las manos correctas. Esa creo que es una gran satisfacción. La gente que he conocido y las amistades que han surgido también lo ha sido. Amigos que, aunque no forman parte de la revista, comprenden el esfuerzo que implica trasladarla y me ofrecen apoyo, ya sea hospedaje o traslados. Y eso es algo hermoso. Otra satisfacción a nivel profesional es haber creado un vínculo entre la literatura centroamericana. En cualquier país de Centroamérica es difícil encontrar libros de otros países de la región, a pesar de la cercanía geográfica. Ars Poética ha logrado reunir literatura de los seis países de habla hispana, incluso de Belice, pues hay que comprender que la barrera del idioma es un punto importante. Esto convierte a la revista en un referente único, pues materializa un sueño que antes parecía inalcanzable.
¿Cómo ves la revista Ars Poética 1970 dentro de unos años?
Como un vínculo sólido entre la literatura centroamericana, consolidándose como el espacio que refleja el panorama literario actual de la región.
¿Qué libros de autores centroamericanos sentís que te han marcado de por vida?
Definitivamente, Roque Dalton ha sido un referente por la historia y el origen de la revista. También admiro a Rubén Darío y Ernesto Cardenal de Nicaragua; Osvaldo Sauma y Carlos Villalobos de Costa Rica; Augusto Monterroso, Isabel de los Ángeles Ruano y Miguel Ángel Asturias de Guatemala; Froylán Turcios y Mayra Oyuela de Honduras; Bertalicia Peralta y Javier Alvarado de Panamá; Alfonso Kijadurías de El Salvador, además de la trágica historia de la poeta Leyla Quintana, Amada Libertad.
En el ámbito editorial, debo mencionar a Otoniel Guevara, con quien conversé en Tegucigalpa sobre la literatura centroamericana. Sus sugerencias han sido de gran utilidad para mejorar la revista.
¿Qué otros proyectos se vienen para Manuel Alejandro Ceballos?
Mi propia literatura, narrativa y dramaturgia, que he dejado de lado durante años por dar prioridad a la poesía y la gestión literaria. En México, estamos por abrir una escuela de lenguas originarias y consolidar otros proyectos importantes para Casa Literatelia de Iberoamérica.