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Lauren Mendinueta (Colombia)

Poemas de Lauren Mendinueta

Especial «La hora más alta», muestra de poetas colombianas


Olvido de mí

Octubre ha llegado dominado por las lluvias,
y los demás meses lo han seguido hasta aquí.
De repente este amontonado tiempo lo ha llenado todo,
el verde de la casa, las sillas, la manta que cubre el piso
cuando en el verano me recuesto a leer.
En mí no es posible el abandono del tiempo,
la gracia que supone el olvido
me hubiese salvado de esta invasión.
Ahora debo caminar con cuidado
para no maltratarme con tantos recuerdos.
¿Me engañaré o será verdad lo que voy a decir?
Renuncio a esta visita, no le temo a la soledad.


Reloj sin manecillas

Tengo el boleto para un viaje que promete el Jardín como destino,
la costumbre de rondar sobre cenizas para no olvidar el fuego
y la voz de mi madre que me arropó con rumor de palmas en la tarde.
Tengo también el compromiso de estar viva, de preservar lo intocable
para que el mundo siga siendo aquello que no soy.
Pero vivir en redondo como aguja de reloj termina por cansar.
Cuánta ironía: tener que envejecer para al fin recobrar la infancia,
tener que morir para que ya nadie pueda robármela.


Muerte civil de la poeta

El amor, dijo la poeta, es toda la vida para mí.
Y así abandonó la escritura,
renunciando a lo suyo como lo haría una camarera.
Creyó que hacía falta ser otra para que la amaran.
Por la noche tomaba un somnífero para dormir bien
como cuando la poesía era toda su vida.
Por el día se ocultaba para que nadie la viera escribiendo sobre otra mujer
—especialmente para no verse a sí misma traicionando su renuncia—.
Aunque le avergonzaba ella seguía en su oscura tarea
porque al escribir sobre la vida de la otra
podía intercambiar las exigencias cotidianas por las del amor.
Después se divorció y con el divorcio fue su muerte civil
y la lenta resurrección de su alma.


Encallar en el Egeo

Vi mi rostro reflejado en las aguas del Egeo.
Cada rasgo con su trazo único, apenas mío, 
la imagen de una exactitud inquietante.
Esos eran por fin mis ojos. Mi boca. Mi nariz.
Mis pómulos. La inclinación exacta de mi barbilla. 
Así estuve atenta días y noches
deseosa de que el reflejo intentara hablarme.
Desde entonces no importa a dónde vaya
en ese mar me quedé yo, temblando entre rocas y olas:
muda, idéntica a la felicidad que nunca tuve.


Una visita al museo de Historia Natural

Un esqueleto. Un dinosaurio. Un fósil.
Una piedra también me interesa.
Largos corredores,
lámparas de luz fosforescente y fría.
Un meteorito. Un cuarzo gigante.
Otro fósil.
Una sala detrás de otra.
Todo antiguo y novedad.
Y sin esperarlo
mi propio rostro me sorprende.
¿Ya tengo edad
para encontrarme en una vitrina?
Fosilizada, pero no sola.
Gentes que me fueron familiares,
amores que no volverán,
todo grabado en piedra.
Como de otro planeta,
todo.
El amor como un dinosaurio,
fosilizado.
El amor como un animal extinto:
familiar y extraño a un tiempo.
Todo tan doméstico y lejano,
tan de otros ámbitos y, sin embargo,
como si perteneciera al museo.
El reflejo de mi rostro en la vitrina iluminada,
su gesto sorprendido,
y en mí,
los deseables estragos del tiempo.

LAUREN MENDINUETA (Barranquilla, Colombia). Poeta, ensayista y traductora del portugués. Comenzó a escribir a los 22 años cuando trabajaba como bibliotecaria en una aldea de su país. Ha publicado ocho libros de poesía editados en Colombia, México, España y Portugal. Entre los premios que ha recibido se destacan el Premio Nacional de Poesía Joven del Ministerio de Cultura de Colombia (1998); el Premio del Festival de Poesía de Medellín (2000); y el Premio Nacional de Ensayo y Crítica de Arte del Ministerio de Cultura de Colombia (2011). Además, ganó en España los premios internacionales: Martín García Ramos por la Vocación suspendida (Sevilla, 2007) y el Premio César Simón de la Universidad de Valencia por Del tiempo, un paso (Valencia, 2011). En el 2013 ganó el premio de poesía Barranquilla Capital Americana de la Cultura con su libro Una visita al Museo de Historia Natural (Barcelona, 2021). Ha sido incluida en más de una veintena de antologías europeas y americanas. Vive en Lisboa donde desarrolla una intensa labor de difusión de la poesía colombiana.

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