El cronotopo es la conexión inseparable que existe entre tiempo y espacio en una narración. El presente trabajo de Karen Escalante, jefa de investigaciones de la Universidad de Sonsonate, se enfoca en la orilatura en el departamento de Sonsonate y su relación con la mitología salvadoreña, el tiempo y el espacio
Karen Anabel Escalante de Guardado | Licenciada en Letras y docente universitaria
Resumen
La mitología salvadoreña refleja en su haber la identidad de un pueblo que a su vez reside en un nivel de inconciencia que el colectivo pasa a transmitir como un imaginario de generación en generación. Las investigaciones realizadas en los municipios de Sonsonate permiten definir esa fabulación que los miembros de una comunidad hacen para revelar a manera de relatos su propio sistema de valores y creencias, esto por medio de entrevistas a miembros de la comunidad en estudio. Estos relatos llevan a la explicación de la conciencia simbólica cultural, la cual evoluciona de manera sustancial tal como lo hacen los miembros, el estado social, contextual y económico de una sociedad. Los textos recopilados fueron analizados y comparados con textos de la literatura salvadoreña escrita.
Palabras clave
Cronotopos, mitología, literatura, cultura, Siguanaba, Cipitío.
Abstract
Salvadoran mythology reflects on its identity the identity of a people that in turn resides in a level of unconsciousness that the collective passes on to transmit as an imaginary from generation to generation. The research carried out in the municipalities of Sonsonate allows defining that fabulation that the members of a community do to reveal their own system of values and beliefs through stories, through interviews with members of the community under study. These stories lead
to the explanation of cultural symbolic consciousness, which evolves substantially as members do, the social, contextual and economic state of a society. The texts collected were analyzed and compared with texts from Salvadoran written literature.
Keywords
Cronotopos, mythology, literature, culture, Siguanaba, Cipitio.
Resumo
A mitologia salvadorenha reflete em sua identidade a identidade de um povo que por sua vez reside em um nível de inconsciência que o coletivo passa a transmitir como imaginário de geração em geração. Pesquisa realizada nos municípios de Sonsonate permitem definir a confabulação que os membros de uma comunidade fazer para revelar como histórias seu próprio sistema de valores e crenças, este através de entrevistas com os membros da comunidade em estudo. Essas histórias levam à explicação da consciência simbólica cultural, que evolui substancialmente como os membros, o estado social, contextual e econômico de uma sociedade. Os textos coletados foram analisados e comparados com textos da literatura escrita salvadorenha.
Palavras chave
Cronotopos, mitologia, literatura, cultura, Siguanaba, Cipitío.
Introducción
El presente artículo señala las marcas evolutivas de un cronotopo, pero a nivel de la mitología salvadoreña. Los mitos que se utilizaron para su interpretación son producto de diversas investigaciones de cátedra recopiladas en las ciudades de Juayúa, Nahuizalco, San Antonio del Monte, Nahulingo, Izalco y Sonsonate.
Como podrá ver nuestro lector, la familiaridad con que los relatos han sido destinados a estas investigaciones tiene que ver con la intención comunicativa de los interlocutores. Entre los textos que se consultaron para llegar a la propuesta teórica de este documento se encuentran: Jung, Barthes, Beristain, Bajtín, Greimas y, por supuesto, los actores que entregaron gustosamente sus relatos para estas investigaciones.
Metodología
El presente estudio es de teoría literaria cuyo eje interpretativo es la hermenéutica. El objeto de esta investigación es la verificación de la cronotopía literaria en los mitos que las personas de Sonsonate consideran vigentes. La población participante fue seleccionada mediante un muestreo no probabilístico en algunos municipios de Sonsonate, mediante la recolección de entrevistas que luego fueron transcritas y analizadas como discursos particulares.
Discusión
La cultura es «un sistema de significaciones estructuradas» (Eco, 2000, pág. 44) lo que se manifiesta mediante la oralidad de las personas de una población dada, en este caso de la población de Sonsonate, departamento de El Salvador.
Para Geertz, la cultura «denota un patrón históricamente transmitido de significados incorporados en símbolos, un sistema de concepciones heredadas expresadas en formas simbólicas por medio de las cuales los hombres comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento para, y actitudes hacia la vida» (Geertz, 1973, pág. 89). Lo que atenúa esa duda del por qué se siguen manifestando este tipo de mitos, sobre su evolución, sobre sus apariciones repentinas. No cabe duda de que la representación de los sistemas de creencias, valores y moral de un pueblo es bien representada mediante esa fabulación mitológica cuya trascendencia en tiempo y espacio solo hace que se adapten a las nuevas necesidades de los miembros de la comunidad.
A través de la literatura se manifiesta toda clase de aspectos culturales, especialmente aquellos relacionados con la identidad de una comunidad. En palabras de Barthes puede afirmarse que:
Es la voz decorativa de una carne desconocida y secreta; funciona al modo de una necesidad, como si, en esa suerte de empuje floral, el estilo solo fuera el término de una metamorfosis ciega y obstinada, salida de un infralenguaje que se elabora en el límite de la carne y del mundo (Barthes, 2003, pág. 13).
Para Bajtín el término cronotopo literario «consiste en el modo particular en que la práctica de la literatura configura la percepción de la dinámica del tiempo en el espacio a partir de las posiciones enunciativas concomitantes del narrador y del lector». La cultura salvadoreña se manifiesta inminentemente bajo las visiones que los hablantes de una comunidad manifiestan mediante la oralitura propia de la región. Los estudios narratológicos han demostrado que el pensamiento de las personas culturalmente se ve afectado por la evolución, sin embargo, en el caso de los mitos se establece una relación directa con las regiones y con los momentos sociales que se viven en las comunidades. La mitología es la cosmovisión que una cultura establece en el imaginario de sus poblaciones para memoria colectiva y razones moralizantes. Para Bajtín, es importante entender que la cultura se manifiesta mediante los cronotopos, especialmente en literatura escrita, pero de acuerdo con la teoría narratológica de Beristáin, los relatos orales son la manifestación cultural que lleva al interpretante al entendimiento simbólico de la realidad.
En el cronotopo artístico literario tiene lugar la unión de los elementos espaciales y temporales en un todo inteligible y concreto.// El tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte en visible desde el punto de vista artístico; y el espacio, a su vez, se intensifica, penetra en el movimiento del tiempo, del argumento, de la historia. Los elementos del tiempo se revelan en el espacio, y el espacio es entendido y medido a través del tiempo. (Bajtin, 1989, pág. 238)
Sonsonate es la tierra de los brujos y los nahuales, pero su oralitura registra un devenir mítico de gran interés para el entendimiento de su propia naturaleza social. Mitos tales como la Siguanaba, el Cipitío, el Cadejo, la Cuyancúa que han sido motivos literarios de escritores como Miguel Ángel Espino, José Efraín Melara Méndez, Salvador Salazar Arrué, Luís Armando Larín, Manlio Argueta, entre otros; pero lo más interesante es su evolución, hoy día, existen mitos que se parecen a esos que la literatura ya contempla, sin embargo, han sido modificados, pero su comportamiento, las características y la fabulación del hecho son repetitivas en las diferentes comunidades.
Los cronotopos de la literatura salvadoreña que se estudian son básicamente dos: la Siguanaba y el Cipitío; ambos desde sus caracterizaciones físicas y de índole moral.
Los relatos literarios, independientemente de si son escritos u orales, representan ese imaginario que la comunidad hablante necesita mantener en vigencia, por tanto, las nuevas generaciones le dan ese giro automático de modernidad que le permite a la población misma mantener un sistema de creencias que lo hacen único, es decir que lo hacen mantener con firmeza su identidad, ese sentido de pertenencia e idiosincrasia cultural y social.
Presentación de resultados
La fabulación de los mitos mencionados se presentó a través de los relatos que a continuación se describen:
La Siguanaba
- Mujer que se presenta bella a los hombres trasnochadores. Anteriormente, se registra que su modo de presentación era en las quebradas como una jovencita que tomaba un baño, de apariencia física hermosa e inocente, que invitaba a los hombres trasnochadores que lindaban a caballo la ribera del río a llevarla en ancas, pero al ir con ellos se transformaba en una mujer horrible, de pechos que le colgaban hasta las rodillas y que los dejaba perplejos y mudos como castigo por ser trasnochadores, borrachos e infieles.
- El nuevo modelo que se presenta de Siguanaba recibe el nombre de La vestida de blanco: mujer hermosa que se presenta en la esquina de alguna entrada a las colonias o caseríos, recostada en una pared y esperando a alguien que pase, viste un vestido blanco largo pero de entallado a la cintura que marca muy bien su hermosa figura, su rostro es de apariencia tímida e inocente; se le presenta a hombres tanto solteros como casados que trasnochan, ya sea borrachos o no, su presentación ante ellos es común en fechas de celebraciones como fiestas patronales, verbenas con motivos de diversa índole, y en el caso de algunas celebraciones de fin de año. Dato interesante de este personaje es que no se registra que se haya presentado alguna vez en Semana Santa. Cuando un hombre la encuentra suele acercarse a ella, esta suele preguntar de dónde viene y hacia dónde va, pide ayuda para ser acompañada en la misma dirección que el caballero lleva y a mitad del camino se transforma en un ser espantoso de rostro descarnado y con uñas largas, vestido andrajoso, voz grave y penetrante que aturde los pensamientos de su acompañante que acaba por perder el sentido hasta amanecer tirado en la acera con rasguños y sin la intención de volver a salir a trasnochar. Ninguno de los hablantes pudo repetir las palabras que la mujer les dice, afirman no recordarlas, solo recuerdan su voz y aspecto.
- Otro modelo que se encuentra en la zona que se asemeja con el mito de la Siguanaba, es el espectro de La mujer alta. En este caso es necesario reconocer que su identidad solo guarda el sentido moral con el mito escrito, pues este es descrito como un espectro que se cuela en los hogares a ver niños recién nacidos o mujeres embarazadas, se aparece de la nada y no hace más que observar el neonato o bien a la mujer durante su estado de preñez. Contrario a los anteriores, este mito es casi una sombra, pues de los relatores ninguno puede describir su rostro, aspectos físicos que indiquen su feminidad o palabras que se pronuncien. Sus apariciones han sido especialmente descritas en horas matutinas mientras las madres o el recién nacido toman la siesta, se ubica a un costado del lugar en donde descansan y los observa expectante. Las madres que la han visto afirman que es porque sus hijos tienen alguna clase de don divino y el espectro trata de robarles el alma por medio del susto.
El Cipitío
- Niño pequeño, panzón por comer ceniza desde pequeño porque su madre lo dejaba solito y sin alimentos, se aparece en las riberas de los ríos para tirar piedritas a las muchachas bonitas que llegan a lavar, es un alma inocente, no busca hacer mal a nadie, es burlón, de risa escandalosa, usa un sombrero muy ancho y picudo, se estima de edad muy tierna (entre 6-10 años), muy bajito de estatura, menor que la de un «chumpe» diría Espino. Viste apenas unos trapos sucios y descuidados, como taparrabos amarrados con mecate de plátano, algunas variantes del relato dicen que va desnudo. Es un alma buena que deambula por los pueblos, no tiene una hora específica para presentarse, se dice que deja sus marcas en las cenizas de los poyetones de leña.
- El niño chulón, se registra su aparición especialmente de noche en las ventanas o puertas de los hogares, husmeando en los hogares. De rostro inocente, escurridizo, desnudo totalmente y que deja asustada a las personas por no decir ni una palabra mientras observa. De éste se habla en Salcoatitán, Sonsonate y Sonzacate. Se le ha visto aparecer también, en algunas bifurcaciones de calle como para distraer al conductor o a la persona que camina y lo ve, en estos casos sí se le oye reírse a lo lejos como burlándose de hacer perder el tiempo a los curiosos. Éste se registra en zonas como La loma del muerto de San Antonio del Monte, la calle de entrada a Juayúa, y el paso hacia la parroquia en ruinas de Caluco. Como puede notarse a pesar de ser la misma descripción física, su comportamiento es diferente en cada lugar, sin embargo, coincide perfectamente con el mito escrito por los autores salvadoreños.
Las preguntas son ¿por qué continúan presentándose? ¿Por qué modificaron su aspecto? A esto es a lo que Bajtín hace referencia al decir que se vuelven cronotopos, que literalmente se traduce: tiempo y espacio, ya que la identidad cultural de un pueblo se basa en la memoria colectiva, o lo que en arte se nombra el imaginario colectivo, esas significaciones que le se imprime a ciertos íconos de la mitología que al evolucionar las costumbres y el sistema socioeconómico de un pueblo se ven obligados a evolucionar en su forma y presentación con el finde mantenerse vivos y siempre en la fabulación histórica de los miembros de una comunidad.
Conclusiones
Es claro que a través de los relatos se presentan sistemas de valores y creencias, los nombres pueden evolucionar, lo que no cambia es la intención. Esa intención que Jung ya señalaba como conciencia: «adquisición muy reciente de la naturaleza y aún en período experimental» (Jung, 1995, pág. 23). El mismo Jung afirma que el ser humano acaba por hermanarse de espectros que pertenecen a la inconciencia que los grupos culturales desarrollan como parte de su sistema de creencias, es decir que no se repiten constantemente pero se encuentran en el éter colectivo que forma parte de cada miembro de la comunidad.
Se ha podido ver como los nombres cambian, como varían sus formas de presentarse, pero nunca su esencia simbólica.
Referencias bibliográficas
Argueta, M. (2006). El Cipitío. Costa Rica: Editorial Legado S.A.
Bajtín, M. (1989). «Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela. Ensayos de poética histórica». En M. Bajtín, Teoría y estética de la novela (págs. 237-409). Madrid: Taurus.
Barthes, R. (2003). El grado cero de la escritura. Seguido de Nuevos ensayos críticos. Buenos Aires: Siglo XXI.
Eco, U. (2000). Tratado de semiótica general. España: LUMEN.
Espino, M. Á. (2008). Prosas escogidas. El Salvador: UCA Editores.
Geertz, C. (1973). La interpretación de las culturas. España: Gedisa Editorial.
Jung, C. G. (1995). El hombre y sus símbolos. España: Paidos.
Jung, C. G. (2009). Arquetipos e inconsciente colectivo. España: Paidós Ibérica.
Melara Méndez, E. (2010). Mitología cuzcatleca. Los cuentos de mi infancia y otros. El Salvador: Clásicos Roxsil.
Van Dijk, T. (1980). Texto y contexto. Semántica y pragmática del discurso. Madrid: Cátedra Ediciones.
Vidales, C. (2010). «Semiótica, cultura y comunicación. Las bases teóricas de algunas confusiones conceptuales entre la semiótica y los estudios de la comunicación». Razón y Palabra.
muy ilustrativo
excelente me encantó.
Excelente abordaje.
La dualidad espacio/tiempo es el vehículo usado por la memoria en la dinámica de encuentro generacional para garantizar la sobrevivencia del imaginario colectivo que nutre las identidades. Tiene la virtud de permearse, adaptarse y recrearse , de ahí la necesidad de buscar el hilo conductual -epistémico, lingüistico,, sociológico, etc- para «anclarlo» en el aquí y ahora.