La escritora guatemalteca Vania Vargas nos comparte uno de los textos introductorios del libro Las señoritas etcétera, de la artista Fátima Anzueto, libro de imágenes que a su vez es un homenaje a la novela del mismo nombre, del autor guatemalteco Arqueles Vela, novela a la que consideran el primer texto en prosa de la vanguardia latinoamericana. También compartimos algunas de las imágenes de Fátima Anzueto que son parte del libro.
Hace 100 años, en 1922, apareció en México el que han considerado como el primer texto en prosa de la vanguardia latinoamericana. Se trata de una novela brevísima que fue publicada en el periódico El Universal Ilustrado, con una nota que advertía acerca de su extrañeza. Su nombre: La señorita etcétera; su autor: Arqueles Vela, un escritor guatemalteco de 22 años que había logrado radicarse en México con la ayuda de papeles que aseguraban que había nacido en Tapachula, Chiapas. Así, consiguió trabajo en ese periódico y así se convirtió en uno de los primeros miembros del Estridentismo mexicano, un movimiento de vanguardia que agrupó artistas de diversas disciplinas, que hicieron girar su creación alrededor de la libertad, la novedad y la experimentación.
A la orilla de su vida y su obra llegó, en 2017, Fátima Anzueto: una fotógrafa, mitad guatemalteca / mitad salvadoreña, que vive en México desde hace algunos años, un país en el que ha desarrollado su formación como historiadora del arte. Su interés e investigaciones han girado en torno a la figura y la presencia de artistas de Guatemala que quedaron en la memoria del ámbito cultural mexicano. Así fue como llegó, primero, a la muralista Rina Lazo, y ese mismo camino la llevó también a encontrarse con el escritor Arqueles Vela y su significativo trayecto por la vanguardia mexicana. Un nombre absolutamente nuevo para ella, cuando recibió un curso de artes y letras mexicanas en la UNAM y tuvo su primer encuentro con La señorita etcétera, esa novela que rompió con las normas clásicas y que mediante el relato de su encuentro citadino con una mujer que resulta ser muchas, regala un atribulado panorama de la modernidad. El libro dejó en la mente de Anzueto una serie de imágenes que ahora ha retomado para presentar este homenaje personal.
Las señoritas etcétera de Fátima Anzueto es la reunión de un centenar de figuras de características femeninas en un ejercicio que, en principio, rememora la Vanguardia. Su técnica es la fotografía abstracta, el recorte y la unión de piezas que juegan con la forma y con la imagen de las texturas. Partiendo de la fotografía de un solo detalle de una pieza metálica de protección, encontrada expuesta en un museo, Anzueto trasladó la imagen por la vía digital a escala de grises, amplió algunos detalles, jugó con el efecto espejo, imprimió en serie y procedió con un trabajo totalmente manual de recortar, crear piezas geométricas y unirlas para conformar pequeñas figuras llenas de gracia y movimiento.
Sus redondeces, sus detalles y su tamaño remiten hacia el pasado, a la imagen de las Venus del paleolítico. Sus sombras metálicas, sus grises y sus texturas, remiten a la urbanidad del presente, al metal de las tapaderas que van parchando las calles y las banquetas de las grandes ciudades. Y es, en ese punto, en el que la mujer y la ciudad que protagonizan la novela de Arqueles Vela aparecen como referencia en una misma imagen. La imagen de una mujer multiplicada que posa con gracia y que pareciera estar conformada por rasgos urbanos, por pedazos de ciudad.
Y, hoy, es imposible hacer referencia a un centenar de mujeres, a una ciudad que las conforma, sin pensar en la relación actual que las mujeres de las grandes ciudades han tenido, durante los últimos años, con el espacio en el que habitan, en el que buscan sobrevivir a las violencias cotidianas. Un espacio del que se apropian en manada cada cierto tiempo, un espacio contra el que se enfrentan por el interés y la protección estatal que, paradójicamente, tiende a exigir respeto y a explayar protección en favor de muros y monumentos que se convierten en el grito permanente de sus pintas callejeras.
Y quizá no sea casualidad que la mayoría de señoritas de Fátima Anzueto no tengan rostro, pero sí tengan boca, un gesto parecido a la sonrisa, una fuerza potencial. Y que, en conjunto, transiten la belleza por el camino de lo lúdico, en donde sus cuerpos pequeños parecieran tender siempre al movimiento, a la gracia, a cierta plenitud: esa de brazos abiertos, extendidos hacia el vuelo o el abrazo, la ascensión o la manifestación de la presencia en un mundo que ha hecho lo posible por invisibilizarlas.
Así, mujer, ciudad, el deseo de la destrucción de las estructuras y el deseo del progreso, la creación de imágenes y el juego: elementos que se unieron en el arte de los años 20 a través de las Vanguardias, vuelven a aparecer en este homenaje, 100 años después, en que, sin duda, las mujeres son parte de la enorme maquinaria humana que busca el progreso, siempre huidizo, de este lado del mundo, y en donde la destrucción de las estructuras es parte de una lucha colectiva, diversa, feminista, que se alarga y que con suerte se seguirá expandiendo. Todo resumido en un centenar de imágenes creadas por una mujer que desarma para armar, que corta, que juega, reinterpreta, resignifica e invita a la contemplación, a la resignificación de quien observa a sus señoritas y no puede evitar esbozar una sonrisa, contagiada por las suyas.







Fátima Anzueto (Guatemala, 1983) De madre salvadoreña y padre guatemalteco. Artista e historiadora del arte. Maestra en arte moderno y contemporáneo por Casa Lamm, México. Candidata a doctora en Historia del arte. Artista visual, trabaja collage y fotografía. Profesora de enseñanza media en historia del arte por la Universidad Francisco Marroquín y Bachiller en arte de la Escuela Nacional de Artes Plásticas “Rafael Rodríguez Padilla” Guatemala. Ha cursado varios diplomados en artes y fue becada en estancias artísticas y culturales en St. Petersburgo State Polytechinical University, Saint Petersburg State University, Rusia, y en la Universidad Diego Quispe Tito, Cusco, Perú. Vive en la Ciudad de México desde 2011, en donde se especializa en la producción artística de creadores guatemaltecos radicados en México. Es autora del libro Rina Lazo, muralista mesoamericana. Una historia sobre tierras fértiles, 2019 y el libro de artista con la serie fotográfica Las señoritas etc. etc. etc. Homenaje al centenario de la novela de Arqueles Velaen 2022. Ha realizado exposiciones con su obra plástica desde hace 20 años.