«En esta novela, Eduardo Juárez se convierte, una vez más, en un lazarillo que acompaña a quien lee para cruzar juntos los espacios más burdos de Ciudad de Guatemala«. En El Escarabajo publicamos una reseña de Vania Vargas del libro Perro demasiado perro, del escritor guatemalteco Eduardo Juárez, publicada originalmente en Plaza Pública.
Vania Vargas / Escritora guatemalteca
Acaba de salir de imprenta la novela más reciente de Eduardo Juárez, uno de los narradores imprescindibles de los últimos años, que ha sabido retratar en sus libros y en sus fotografías los márgenes de la Ciudad de Guatemala y la desesperanza de quienes los habitan, sobreviven en ellos y transitan por sus bordes.
Se trata de Perro demasiado perro, su cuarta novela. En ella narra las desventuras de Ángel Miguel, un muchacho de 20 años a quien el alcohol, y la gente que el alcohol atrae, van arrastrando hacia una serie de problemas que empiezan a socavar su identidad y a cerrarle cada vez más la posibilidad de redención. Una redención que, de todas maneras, lo único que le puede ofrecer es la oportunidad de arrastrar una vida de limitaciones y de insatisfacción, pero arrastrarla en paz.
Un incidente confuso lo llevará a pasar varios meses en la cárcel de máxima seguridad de la zona 18. Su vida allí se convertirá en un péndulo constante que se mueve entre el límite de todos los peligros y el fondo total. Todo esto, en el marco del fin del mundo de diciembre de 2012, el fin de un mundo condenado a la autodestrucción y la agonía, dos estados que se van potenciando en la vida de Ángel Miguel.
En esta novela, Eduardo Juárez se convierte, una vez más, en un lazarillo que acompaña a quien lee para cruzar juntos los espacios más burdos de Ciudad de Guatemala, esa capital de la desesperanza y el delirio, que ha hecho de sus orilleras un submundo y de Juárez su cronista oficial. Un título que se ha ganado limpiamente desde la aparición de su primer libro de relatos, en el lejano 2005, titulado Mariposas del vértigo.
Como se dice que sucede regularmente con los primeros libros, en Mariposas del vértigo están las semillas de los personajes y los temas que Juárez fue desarrollando posteriormente en Serenatas al hastío, Retrato de borracho con país, Exposición de atrocidades, Trash y ahora en Perro, demasiado perro: la amenazante presencia de las zonas más exclusivas de la ciudad y sus zonas marginales; el amor, y sus diversas deformaciones, como un motor que mantiene viva la angustia y acelerado el delirio; la vida, el sufrimiento y las evasiones de la clase trabajadora; el arte visual y la escritura como obsesión en medio del pantano; la violencia en el aire, en el ADN del guatemalteco, y el ser humano en descenso rápido y permanente hacia lo más bajo de su condición.
Uno lee a Eduardo Juárez y percibe que es un narrador que escribe con urgencia, que ha transitado por el frenesí y nos habla desde sus ecos, que se ríe de sí mismo y de nosotros, que los cimientos de sus historias están sostenidos por la rabia, que ha visto el fondo y conoce sus veredas, que sus historias lo atravesaron primero y tienen toda la intención de atravesar sin piedad a quien las lea.
Eduardo Juárez nació en Guatemala y emigró junto a su familia hacia Estados Unidos siendo un niño. Allá aprendió a hablar otro idioma, aprendió qué era estar al margen, qué era no pertenecer. Regresó a Guatemala por su cuenta a los 24 años. Aquí empezó a trabajar como maestro de inglés y un día se puso a escribir por revancha.
Con la aparición de Perro, demasiado perro, tenemos una nueva oportunidad de acercarnos a sus dominios, un submundo con el que compartimos espacios, ciudad, miserias, pero que nos rehusamos a ver directamente, y más aún, nos rehusamos a ver como algo que, a diario, nos roza y nos increpa.
VANIA VARGAS (Guatemala). Poeta, narradora, editora y periodista cultural independiente. Autora de los libros de poesía Cuentos infantiles, Quizá ese día tampoco sea hoy, Los habitantes del aire, y Señas particulares y cicatrices. Libros de los cuales han salido algunas selecciones publicadas en Chiapas, México; Puerto Rico y Montevideo, Uruguay, así como la reunión de poemarios bajo el título Relatos verticales. En narrativa ha publicado Después del fin y Cuarenta noches. Es, además, coordinadora de los libros de ensayo Nuevo Signo: siete poetas para nombrar un país; y Luz: trayecto y estruendo -una aproximación colectiva al legado literario de Luz Méndez de la Vega. Publicó en 2022 El cuaderno del fin del mundo, un ensayo poético sobre la pandemia del COVID-19 y nuestras vidas. Ha sido invitada a las ferias del libro del Zócalo, Panamá y Guadalajara, así como a los departamentos de Español de la Universidad de Stanford, en San Francisco, California, y la Universidad de Copenhague, donde compartió su trabajo. Fue parte de los festivales internacionales de poesía de Granada, Nicaragua; Quetzaltenango, el latinoamericano de poesía, Ciudad de Nueva York; Medellín, Colombia, y Leiria, Portugal.