Otoniel Guevara nos comparte sus reflexiones sobre las incertidumbres de la época actual y la función de los poetas en la sociedad
He iniciado este texto varias veces. Quiero escribir sobre la participación de literatos e intelectuales en momentos de crisis como los que vivimos en El Salvador. Pero me interrumpe la realidad. Me interrumpen los legisladores, que obedeciendo órdenes de un clan perverso desbaratan dos siglos de constitucionalidad y búsqueda de armonía social. Me interrumpen los también centenarios ladrillos del Palacio Nacional arrojados a un barranco, como solían hacer los escuadrones de la muerte con los salvadoreños hace más de 40 años. Me interrumpen los gritos ahogados de las madres que, como hace 40 años, buscan infatigablemente a sus hijos desaparecidos. Me interrumpe la incertidumbre de pensar en el próximo machetazo a la civilidad.
Incertidumbre es lo que reina en El Salvador. Nadie sabe qué va a pasar. Algunos podrían presumir que por estar cerca del poder están a salvo. Pero entonces aparece un fantasma de apellido Muyshondt. Los que no están ni cerca del poder sienten sobre su nuca la cimitarra del desempleo, del hambre, de las deudas, de la impunidad, de la misma ley, más anti popular que nunca.
Entonces, ¿qué hacer? ¿Huir o resistir?
No muchos tienen la oportunidad y el deseo de largarse, y la mayoría no tienen idea de en qué consiste resistir, cuando el ambiente está cargado de zozobra. Cruel paradoja: en todo el siglo XXI nunca se había tenido tanta seguridad y al mismo tiempo tanto nerviosismo.
Se legalizan maniobras de delación, como la que permite a un profesor denunciar a estudiantes que muestren conductas anormales, justo cuando la rebeldía y el descontento deben instaurarse como normas ante el abuso, prepotencia, irracionalidad e ilegitimidad con que se deslizan las autoridades en sus nubes orgiásticas.
Otra interrupción. La UES. Saqueada y destruida. Mi Alma Mater transformándose en otro material para el olvido.
Entonces, ¿qué hacemos?
¿Nos volvemos intelectuales orgánicos? ¿De qué organización?
¿Propugnamos por la desobediencia civil? ¿Comenzando con qué medida?
Me levanto un rato a tomar agua y al regresar encuentro que demolieron una manzana frente al nueva Bibliomall del centro. Todo indica que van a arrasar con la arquitectura y la vida del centro de San Salvador para dar paso a una modernidad made in China o donde sea que no sea El Salvador.
¿Quién protesta? ¿Algún gremio profesional afectado? Todo es silencio.
Este país ya no nos pertenece.
Pero ¿qué es lo que tenemos que hacer los poetas, los artistas, los intelectuales frente a esta barbarie?
¿Regresar a los clásicos?
«Los comunistas no tienen por qué ocultar sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios no tienen en ella nada que perder, salvo sus cadenas. Tienen, en cambio, todo un mundo que ganar».
«Sea cual sea su calidad, su nivel, su finura, su capacidad creadora, el poeta para la burguesía solo puede ser: SIRVIENTE, PAYASO o ENEMIGO».
«Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios».
«Nuestras montañas son el pueblo».
En fin. Se trata, básicamente, de entender esta realidad, de revisar la historia, esa que pretenden enterrar en esta gran fosa común que todavía se llama El Salvador.
Otoniel Guevara (El Salvador, 1967). Estudió Periodismo en El Salvador y Nicaragua. Fundó entidades literarias como el Taller Literario Xibalbá, el Movimiento Poético Mundial y festivales internacionales de poesía en Centroamérica. Su obra es Patrimonio Nacional desde 2005 y en 2018 fue declarado Gran Maestre de Poesía. Ha participado como poeta, periodista, gestor cultural, conferencista, tallerista y activista político en eventos en América y Europa. Su poesía se ha publicado en más de 40 títulos individuales, ha obtenido más de 20 premios y ha sido traducida parcialmente a 8 idiomas. Como editor ha publicado a más de 200 poetas del mundo. Participó en el documental La batalla del volcán, sobre la ofensiva guerrillera de noviembre de 1989. Condujo y produjo el programa Las voces de los poetas en Canal 10 de Televisión Nacional. Dirige la Fundación Metáfora y el sello editorial Chifurnia Libros.
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